Cuando el volcán se apague
¿Volverán los sobrios y sólidos periodistas locales a ser pasto del olvido? ¿Qué quedará sin el fuego en medio de la noche? ¿Qué estándares de interés emplearemos para dispensar atención informativa y solidaridad humana?
Madrid
Y cuando el volcán se apague, ¿qué pasará? Es mejor pensarlo ya, al doblar el hito de 50 días en erupción. Y cuando la virulencia del centro de la Tierra parece empezar a apaciguarse. Es mejor pensar, porque nada es evidente. Ni siquiera si aprenderemos algo. ¿Que pasará? ¿Continuará el flujo de visitantes a La Palma? ¿Seguirán las visitas de los políticos, para cotejar la prometida cobertura de las necesidades sociales? ¿Se apagarán también en la pantallas los dramas de familias, maestras y plataneros violentados por los piroclastos? ¿Volverán los sobrios y sólidos periodistas locales a ser pasto del olvido? ¿Qué quedará sin el fuego en medio de la noche? ¿Qué estándares de interés emplearemos para dispensar atención informativa y solidaridad humana? Las habituales catástrofes naturales, como las inundaciones, mucho menos icónicas pero mucho más mortíferas, ¿recibirán similar pasión narrativa y amplios minutajes parecidos? ¿O quedará como excepción la dura aventura humana envuelta en la fascinación del fuego? ¿Subrayada por la hipnótica atracción de la belleza desagarrada? Ahondada por la adicción que procuran los misterios incontrolables? ¿Merecerán las tragedias más vulgares algo más que un rincón de telediario?
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...