'El caso de Charles Dexter Ward', un clásico del terror para celebrar Halloween
Esperamos que no la escuchen solos y, sobre todo, que no invoquen nada que no puedan controlar
'El caso de Charles Dexter Ward', un clásico del terror para celebrar Halloween
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Howard Phillips Lovecraft nació en Providence, Estados Unidos, en 1890. Se le considera el gran innovador del cuento de terror, al que aportó una mitología propia. Su obra constituye un clásico del horror cósmico, una corriente que se aparta de la temática tradicional del terror sobrenatural (satanismo, fantasmas), incorporando elementos de ciencia ficción (razas alienígenas, viajes en el tiempo, existencia de otras dimensiones). Lovecraft cultivó asimismo la poesía, el ensayo y la literatura epistolar. Murió en 1937 sin que su obra tuviera gran repercusión. Sus relatos y novelas adquirieron la relevancia que tienen hoy años después de su muerte.
'El Caso de Charles Dexter Ward' fue escrita en 1927 y permaneció oculta hasta 1941, pues Lovecraft encontraba en ella una mirada demasiado consciente a sus propias pasiones. Es una novela terrorífica y deja al lector que se imagine muchas de las escenas que solo están sugeridas o que ocurren detrás de una puerta o bajo un sótano. Esperamos que no la escuchen solos y, sobre todo, que no invoquen nada que no puedan controlar.
Vampirismo, golems, conjuros e invocaciones
'El Caso de Charles Dexter Ward' es una novela clásica de terror, con elementos de vampirismo, golems, conjuros e invocaciones, que nos advierte de un peligro real y trascendente. Basada en el conocido asunto de las Brujas de Salem en 1692 y ambientada en su Providence natal, el autor relata los extraños eventos que rodean al protagonista, Charles Dexter Ward y a su misterioso antepasado, el ocultista Joseph Curwen, desaparecido en vísperas de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Un personaje extraño que realizaba ritos alquimistas con propósitos de magia negra.
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En su descenso a la locura, Ward se une la fascinación por lo antiguo, la maldición familiar, oscuros rituales y secretos arcanos, ritos e invocaciones por medio de plegarias del Necronomicón, oscuras casas de las que surgen gritos, luces y olores que horrorizan a quienes los perciben.
Al margen de los numerosos relatos de terror que escribía para las revistas de aficionados, H.P. Lovecraft se propuso escribir narraciones más largas apenas en tres ocasiones: 'En las montañas de la locura', 'La búsqueda en sueños de la ignota Kadath' y 'El caso de Charles Dexter Ward'. Esta última, la más extensa de las tres, está escrita con ese peculiar talento de Lovecraft para crear atmósferas opresivas por medio de sugerencias que inquietan progresivamente al lector. Es una narración inquietante y absorbente que nos conduce directamente al corazón de los tenebrosos mitos de Cthulhu.
Como señalan en el blog Un libro al día, aquí están muchos de los resortes de ese universo: personajes oscuros, misteriosos, esquivos, seres también misteriosos de especies no identificables. Cementerios, experimentos, ruidos, tenebrosas cavidades en las que nada bueno puede ser encontrado.
Cuando la línea que separa al horror de la ciencia ficción se borra para crear un cosmos temible
El nombre de Howard Phillips Lovecraft nos remite a todo un universo literario donde la línea que separa al horror de la ciencia ficción se borra para crear un cosmos temible, donde el ser humano es apenas una mota de polvo sin importancia. Una buena parte de la bibliografía de este autor nos hace pensar que la humanidad está sola al borde del abismo y que el menor atisbo de nuestra irrelevancia, ya sea debido al enfrentamiento con monstruos venidos del espacio exterior o con nuestra propia mortalidad, nos haría perder toda pizca de cordura. Lovecraft hace que nos cuestionemos el alcance de nuestra historia como humanidad y las culturas, tradiciones y religiones que han nacido de nuestra evolución.
Lovecraft utiliza un lenguaje arcaico, enrevesado y a veces repetitivo, lo que ocasiona que su lectura se entorpezca y se dejen de apreciar las cuidadosas pinceladas con las que establece su argumento sobre nuestra insignificancia, según la cual, más allá de nuestros logros como organismos vivos, existe un universo para el cual somos indiferentes y que nos rebasa con su silencio, una sombría visión el mundo nacida de las teorías de Einstein y las filosofías de Nietzsche y Schopenhauer.
Además, a Lovecraft también le quitaba el sueño el caos social que nacía de la migración, el comercio y el tempestuoso avance de la modernidad, los cuales ponían en jaque los valores y la moral que hasta ese momento habían gobernado su amada ciudad de Providence.
Los lectores son testigos y cómplices de sucesos antinaturales que amenazan a la humanidad
De carácter profundamente autobiográfico (casi jugando con las posibilidades de la autoficción), 'El caso de Charles Dexter Ward' puede considerarse una anomalía dentro del canon del autor porque carece del terror extraterrestre que tanto lo caracteriza, aunque no por ello está exento de circunstancias extrañas y aberrantes que rompen con la cordura de los personajes y que ponen al lector en la incómoda situación de ser testigos, cómplices y, a veces incluso, admiradores de sucesos antinaturales que amenazan el desarrollo de la humanidad.
Aunado a esto se encuentra el estilo en el que está escrito, propio de la novela policiaca. Los personajes principales son víctimas de su propia ambición: desafían las posibilidades de su naturaleza humana y pervierten las tradiciones que los civilizan en un afán por alcanzar el conocimiento universal, víctimas de su propia inteligencia.
'El caso de Charles Dexter Ward' es heredera de historias como 'El retrato de Dorian Gray', donde la ambición y el narcisismo hacen su parte para condenar a criaturas de extrema inteligencia, y 'El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde', donde se explora la complicada relación de maldad y bondad que existe en cada persona y la lucha que se sostiene para equilibrarlas.
Además, es quizás la obra más importante de Lovecraft a nivel personal, pues en ella expone las fallas de sus pasiones e ideas y en el papel augura un solitario futuro. Han pasado casi 90 años desde su muerte y su nombre sigue llenando exitosamente los estantes de las librerías, pero tal vez sea hora de reconocerlo como algo más que un escritor juvenil y explorar las temibles lecciones que aprenden sus personajes, quienes al buscar saberlo todo descubren que son poco menos que nada.