De salvar el planeta a salvar vidas

Madrid

 El cambio climático es la mayor amenaza para la salud global que enfrenta el mundo en el siglo XXI, según el último estudio de The Lancet Countdown sobre salud y medioambiente. 

En estos momentos una de las principales amenazas para la salud es el aumento de las olas de calor como consecuencia del cambio climático. El informe de The Lancet asegura que se han producido 345.000 muertos en el mundo atribuibles al calor en mayores de 65 años. Beatriz Hervella, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, advierte de que las olas de calor en términos directos de mortalidad  son ahora mismo el factor más preocupante. Según la portavoz en España: "Se estima que en España mueren al año 1.300 personas como consecuencia directa del calor  a través del empeoramiento de enfermedades previas existentes de carácter respiratorio y cardiovascular". 

Sin embargo, en todos los países han subido, menos en la región europea. Para Julio Díaz,  responsable de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto Carlos III, la clave está en la adaptación. Así lo explica: "A las subidas de temperatura en España nos estamos adaptando a un ritmo de 0,6 grados por año, y aumenta, por el momento, a una velocidad de 0,4. Esto quiere decir que nos adaptamos a mayor velocidad de lo que aumenta".

Si mantuviéramos este ritmo de adaptación, aunque la temperatura subiera conforme a los peores pronósticos (0,6/0,66 grados por década), no se darían olas de calor. Por el contrario, si no se consigue, llegaríamos a las 12.000 muertes al año por calor.  

La consecución de esta adaptación se explica por lo que se conoce como "cultura del calor" y la educación medioambiental que hace que nos preparemos y prevengamos mejor el calor. Julio Díaz pone un ejemplo: "Antes no estábamos concienciados para llevar siempre una botella de agua, o un señor mayor de que tenía que acostumbrarse a llevar pantalones cortos". 

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Son precisamente estos planes de prevención y los recursos destinados los que explican la manera tan injusta que tiene de comportarse el cambio climático. Hay dos problemas fundamentales: no todos los territorios se adaptan a la misma velocidad y los medios son importantes. 

Los países más pobres, que son además los que en menor medida han contribuido al cambio climático, son los que pagan a un precio más alto sus consecuencias. Esto no solo pasa entre países y zonas del mundo. Pasa también en España. La ola de calor se cobra más vidas en los distritos de Madrid en los que menos recursos hay:  “La clave ya no está en si tienes aire acondicionado, está en si puedes permitirte encenderlo”, explica Julio Díaz. Y más allá de las diferencias territoriales, las mujeres y los niños son los más vulnerables. El panel de expertos de la ONU ya lo advierte: ningún rincón del planeta está a salvo de la crisis climática. 

Otra de las grandes amenazas es la propagación de enfermedades infecciosas que mantiene una relación directa con la crisis climática.

Los fenómenos meteorológicos extremos alteran el ecosistema de las especies que funcionan como vectores de enfermedades. Esto tiene un impacto en la distribución del virus, según explica José Antonio Pérez, médico de enfermedades infecciosas en el Hospital Ramón y Cajal.  Por ejemplo, en Etiopía, donde hay una presencia importante de malaria, si a sus zonas más frías no llegaba la enfermedad, con los fenómenos meteorológicos sí se extiende. Beatriz Hervella, portavoz de la AEMET, apunta a  que los vectores de  enfermedades como dengue, zika o leishmaniasis ya encuentran el hábitat necesario en España para desarrollarse. Además no es un proceso aislado, se le superpone la globalización, que facilita la propagación de enfermedades. 

Y a todo esto hay que sumar la sequía. En Madagascar corren peligro casi millón y medio de personas, según Amnistía Internacional. La falta de agua está derivando un problema gravísimo de alimentación.  José Antonio Pérez apunta también a las hambrunas: "Donde las hay, hay también extensión de enfermedades infecciosas asociadas a la pobreza y la desnutrición".