El Madrid se queda a cero contra la muralla Rojilla
El conjunto blanco empata contra Osasuna (0-0) en un partido gris marcado por el poco acierto madridista en las inmediaciones del área contraria
Benzema y Vinicius se lamentan de una ocasión fallada / Getty Images
Madrid
El Real Madrid empata contra Osasuna (0-0) en un partido gris. Los de Ancelotti, tras una aburrida primera parte, apretaron más en la segunda por medio de un buen Benzema, pero no consiguieron quedarse los tres puntos ante el mejor visitante de la liga.
Los mejores momentos
Osasuna, pese a su condición de visitante incómodo en el Bernabéu por su buena racha lejos de El Sadar, sabía que tenía que guardar el área de Sergio Herrera para mantener impolutas sus opciones de puntuar. Jagoba Arrasate apostó por un sistema de cinco defensas, tratando de calmar los ánimos del Real Madrid tras la victoria en el Clásico. La jugada, en los primeros instantes, cogió a contrapié a los locales, concediéndole la vía del contragolpe al conjunto navarro por la poca clarividencia en las inmediaciones del área contraria.
Poco a poco, el campo se iba inclinando hacia la portería de Osasuna. Con el balón más cerca de la meta de Herrera, las piernas no le temblaban a los futbolistas Rojillos, sino que cada vez se hacían más fuertes. Vinicius, no tan inspirado como en el pasado domingo en el Camp Nou, intentaba romper el muro en la frontal, pero no acababa de encontrar la fisura por la que romper. Solo un activo Camavinga le acompañaba por su habitual ímpetu juvenil, pero sin demasiada fortuna. Así llegó el descanso, dejando solo la duda de si un pisotón en el área navarra al extremo brasileño era suficiente para pitar penalti.
La segunda parte prometía llevar el mismo ritmo plomizo con el que acabó el primero, aunque esta vez tendría susto para Courtois incluido. Con la primera contra que sí llegó concretar Osasuna con un remate peligroso, Moncayola estrelló el balón en el palo, dejando que el suspense se apoderase del Bernabéu unos segundos más tras un rebote en Carvajal que salió desviado a córner.
Tras la oda a Alfred Hitchcock y su amado suspense en área propia, Benzema estuvo cerca de dinamitar el control que había planteado Arrasate. En medio de un bosque de piernas, recortó e impacto el balón ligeramente contra el larguero, desesperando al público del Bernabéu por la ocasión fallida y por provocar una nueva pérdida de tiempo de Herrera en el saque de puerta. Con los pitidos habituales incluidos, solo faltaba algo para que se completase el pack de la desesperación del Madrid en su estadio, algo que era la confirmación de la falta de ideas para romper la defensa: los famosos centros laterales.
Benzema, el más diferente de los jugadores blancos un día más, se negaba a comprar boletos con los balones a la olla, buscando en su chistera los trucos más sorprendentes. Para los últimos compases de la función, Ancelotti trató de juntarle con Hazard, buscando en su asociación la forma de revitalizar la carrera del belga en el Bernabéu y el partido.
La defensa navarra, impecable durante todo el partido, se crecía con el paso de los minutos. El tiempo del descuento, que antaño era sinónimo de épica, se quedó en un simple formalismo ante la seguridad de Osasuna en área propia. Si hubiese durado el partido dos horas más, tampoco habría podido meter el Madrid, mostrando un día más que Arrasate y los suyos están para competir con cualquiera.
El Rayo abrió la caja de los truenos en el Barça
Una tarde peor fue la del FC Barcelona, que encadenó su segunda derrota consecutiva tras perder contra el Rayo Vallecano (1-0). El gol de Falcao en la primera parte puede ser la sentencia de Ronald Koeman en el Barça... si es que la situación financiera del club lo permite.
[La crónica del Rayo Vallecano 1 - 0 FC Barcelona, por Íñigo Renedo].
Víctor Diéguez
Periodista según la UCM. Pasión por el deporte y por sus historias.
