La salud mental, último tema de las películas en Cannes
El australiano Justin Kurzel, a partir de un guión de Shaun Grant, propone en Nitram un acercamiento al comportamiento de Martin Bryant, que cometio´una masacre en Port Arthur en 1996. Por otro lado, el belga Joachim Lafosse disecciona cómo una enfermedad mental afecta a la relación de pareja y a la paternidad en el contexto, además, de la crisis económica
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Fotograma de Les intranquilles de Joachim Lafosse / CEDIDA
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Cannes
Las dos últimas películas presentadas en competición en Cannes tienen algo en común, el retrato de las enfermedades mentales en una sociedad que aleja a todo el que las padezca. El australiano Justin Kurzel, a partir de un guión de Shaun Grant, propone en Nitram un acercamiento al comportamiento de Martin Bryant, que cometio´una masacre en Port Arthur en 1996. Por otro lado, el belga Joachim Lafosse disecciona cómo una enfermedad mental afecta a la relación de pareja y a la paternidad en el contexto, además, de la crisis económica.
Les intranquilles es de las primeras películas donde la pandemia está retratada como parte del contexto del rodaje, sin modificar el guion, pero sin obviarla. Un acierto del director lo de meter las mascarillas y las distancias de seguridad en esta historia familiar.
Lafosse ya había estado en Cannes, pero en secciones paralelas. Perder la razón compitió en Una cierta mirada en 2012, y en 2015 lo hizo en la Quincena de realizadores con Después de nosotros. Con Les Intranquilles no solo debuta en la oficial, sino que tiene incluso posibilidades de entrar en el palmarés que se falla este mismo sábado. Un mejor guion o un premio a sus actores, espectaculares Leïla Bekhti y Damien Bonnard. Son una pareja que vive con su hijo en un pequeño pueblo. Él es un pintor obsesionado con acabar a tiempo su exposición y empieza a tener comportamientos extraños. Primero son divertidos, hiperactivos, después empiezan a ser preocupantes e incluso peligrosos. De ahí la magnífica idea de contar el inicio de la enfermedad como un thriller o casi como una película de terror.
El espectador se adentra, como ocurría en The Father, en la mente del enfermo por momentos, en el subidón de energía y en la bajada a los infiernos. Además, ocurre todo ese proceso de manera sutil, gracias a una interpretación realista, que evita la mueca o la extridencia. Sin embargo, lo magistral del guion y la dirección de Les intranquilles es que el espectador cambia de punto de vista constantemente. Entendemos al enfermo y sus tribulaciones, pero también la ansiedad, el miedo y el peso de la cuidadora, la mujer. También la sorpresa y la vergüenza del niño que no entiende bien qué está ocurriendo en casa.
Les intranquilles deja claro el gran desconocimiento y los prejuicios y estereotipos que existen en torno a las enfermedades mentales. ¿Qué hacer con un familiar? ¿Cómo tratarle? ¿Por qué aparece el sentimiento de vergüenza? Poco a poco la película va dejando en el espectador todas esas preguntas en un momento en el que el debate sobre la salud mental ha vuelto a la palestra, al menos, en España.
La otra película es algo más compleja. Nitram trata de mostrar la vida anterior de Martin Bryant, un chico de 29 años con discapacidad intelectual que mató a 35 peronas en Port Arthur, Australia en 1996. Justin Kurzel vuelve a sección oficial tras haber presentado en Cannes Mcbeth. Lo hace con este brutal retrato social de una Australia profunda en la que no funciona ni la ley, ni la familia, ni la sociedad, ni el sistema sanitario.
Nitram arranca con las imágenes de archivo reales del personaje en su infancia que ponen los pelos de punta. Luego da el salto a la complicada convivencia de este chico con problemas cognitivos. La violencia verbal de la madre, la falta de interacción social, las burlas de los demás van haciendo mella en la personalidad maltrecha de este chico. Caleb Landry, al que habíamos visto en Tres anuncios a las afueras, brilla en una interpretación que va desde el patetismo a la ternura, cosa dificilísima de realizar.
Es como un Joker realista y brutal que muestra dos cosas: primero cómo damos la espalda a quien tiene problemas y, segundo, cómo el estado permite el acceso a las armas. De hecho, Kurtzel termina el filme explicando cuál era la situación legal para los permisos de armas en Australia en los noventa y cómo aquel caso modificó la ley. Sin embargo, la tenencia de armas no ha disminuido en la actualidad.
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Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...