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'Red Rocket' o cómo el porno es la única esperanza de una América muerta

El director americano Sean Baker estrena 'Red Rocket' en el Festival de Cannes, un retrato de la América pobre bajo la sombra de Donald Trump y del dinero fácil

Brittney Rodriguez, Simon Rex, Suzanna Son, Sean Baker y Bree Elrod / Pascal Le Segretain (Getty Images)

Brittney Rodriguez, Simon Rex, Suzanna Son, Sean Baker y Bree Elrod

Cannes

El cine independiente americano no ha cesado en su crítica al sueño americano, la gran mentira fundacional de un país basado en el individualismo que da el capitalismo más salvaje. Títulos como American beauty, El Gran Gatsby, La Red Social o hasta Ciudadano Kane han mostrado las luces y sombras del mito. Hay un director americano cuya denuncia va más allá de mostrar las fallas de esta meritocracia inexistente, es señalar que, de entrada, hay un gran grupo de americanos que ni siquiera pueden intentarlo. 

Es Sean Baker, joven director autoral que ha ido construyendo su carrera a base de mirar a los márgenes de una América que conoce bien. Florida, Texas son sus estados fetiche. Esos cuyos paisajes evidencian el alma de sus ciudadanos, la mayoría apestados, olvidados, que sobreviven día a día bajo un manto de desesperanza. Y eso hace en Red Rocket, película presentada este jueves en el Festival de Cannes.

Baker no es ajeno a Cannes, ya que su último trabajo como director, The Florida Project, fue uno muy aclamado en 2017 en la sección paralela de la Quincena de Realizadores. Sus películas anteriores habían causado sensación en festivales independientes como Sundance, donde acudió con Tangerine, y en SXSW con Starlet. El director es conocido por elegir actores no profesionales para sus papeles principales, está vez ha cambiado. El alma de Red Rocket es Simon Rex, ex actor porno de verdad y protagonista de películas como Scary Movie. Rex presenta como nadie al caradura, al proxeneta al que nadie ve venir y la atracción que genera en ese pueblo feo y olvidado.

Tras la luminosidad y el drama social de su anterior trabajo, Florida Project, con el que tuvo una nominación al Oscar Willem Dafoe, pasa a la cómica oscuridad de Red Rocket. En ella el director apuesta por la comedia oscura sobre un actor porno y proxeneta, que vuelve a su casa en Texas tras trabajar en la industria del cine porno en Los Ángeles, donde vive su exmujer y su suegra, donde lidian con la desesperanza del lugar.

Los planos luminosos de esas barriadas que rodeaban Disneyworld en Florida pasan a ser en Red Rocket los de gasolineras iluminadas, de casas maltrechas junto a las empresas petrolíferas que dañan el poco paisaje de la región. Bares de donuts, ríos marrones, paisajes áridos, ese es el contexto en el que se mueven unos personajes anclados al lugar y a la miseria. No hay sueño americano en el cine de Sean Baker. Ni siquiera pueden soñar con él, mucho menos intentarlo.

Triste, realista, con un humor salvaje y con personajes sin escrúpulos, la película refleja un momento político. Todo lo que les ocurre a estos personajes, que trafican con droga, que la consumen, que ven la televisión, que fuman, cortan el césped, beben café, comen comida basura, practican sexo, toman viagra... ocurre bajo la mirada de Trump. La tele está de fondo todo el rato. Las noticias reflejan el cambio que se avecinaba en el país con el nuevo presidente. Baker quiere sentar un statement sobre esto, esos desarrapados, esa clase blanca sin trabajo no votó por Trump, simplemente no votó, porque consideran que votar no les cambia ningún aspecto de su vida.

Coescrita con su colaborador habitual, Chris Bergoch, la película muestra también los perjuicios del amor romántico. El personaje conoce a una joven camarera, a la que seduce y a la que quiere meter en la industria del porno, con mentiras y falsas promesas, busca prostituir a la mujer a la que se tira y a la que jura amar.

Como ocurre en varias películas de este certamen, la sororidad femenina es más fuerte que la maldad masculina. Curioso que unos años después del Me Too, este retrato de lo masculino y lo femenino haya emergido en muchas películas a concurso. Moretti en Tre Piani jugaba a esa dicotomía, también Leos Carax en Annette y, por supuesto, Mohamad el Saleh en Lingui, donde las mujeres optaban por la misma decisión que las de Red Rocket. Vamos que el futuro es de las mujeres, según Cannes.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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