La longevidad
"La prolongación de la vida prolongará, evidentemente, cada una de sus etapas. Y disfrutar de una infancia de dos décadas puede no estar mal (...) Y ¿cuántos años de cotización harán falta para jubilarse? ¿Ochenta? ¿Cien?"
Buenos Aires
No sé si habrán leído esta semana que, según un prestigioso gerontólogo británico, el humano puede llegar a vivir tranquilamente 150 años. Eso, sin contar con posibles ayudas médicas o tecnológicas que probablemente aparecerán en el futuro. O sea, 150 años mínimo.
A mí ya no me va a tocar. Pero me compadezco de los humanos del siglo XXII.
La prolongación de la vida prolongará, evidentemente, cada una de sus etapas. Y disfrutar de una infancia de dos décadas puede no estar mal. El caso es que la adolescencia durará otros veinte añitos. Hagámonos a la idea: 20 años con la edad del pavo. A ver qué cuerpo, y qué padres, aguantan eso. En cuanto a los padres, qué alegría tendrán cuando, por fin, sus hijos cincuentones o sesentones se independicen y se vayan de casa.
Y ¿cuántos años de cotización harán falta para jubilarse? ¿Ochenta? ¿Cien?
Por no hablar de los mandatos políticos. Imaginen tener durante 20 o 30 años al mismo presidente del gobierno, pongamos un Pedro Sánchez por ponernos en lo peor, y al mismo jefe de la oposición, pongamos un Pablo Casado ya puestos en horrores.
A mí no me convence. Tanta vida no será vida.