Están rabiosos
Esa amalgama de derecha y ultraderecha, prácticamente fundidos en un solo partido el PP del pimpollo Casado y el del feroz Abascal, más ese perrillo faldero en que se ha convertido el pecio de Ciudadanos, se ha juramentado para atacar por tierra, mar y aire al Gobierno, sea cual sea el motivo del que hablemos
Madrid
Las suertes están echadas y ninguna señal aparece por el horizonte que nos haga mejorar el pronóstico: habrá guerra, malos modos, desplantes y negación absoluta a cooperar con el PSOE hasta que haya nuevas elecciones, se supone que allá a finales de 2023.
Demasiados meses para la salud democrática de un país. Pero esa amalgama de derecha y ultraderecha, prácticamente fundidos en un solo partido el PP del pimpollo Casado y el del feroz Abascal, más ese perrillo faldero en que se ha convertido el pecio de Ciudadanos, se ha juramentado para atacar por tierra, mar y aire al Gobierno, sea cual sea el motivo del que hablemos.
Hay que ver el odio que rezumaba Aznar hacia la sociedad civil a raíz de su fracaso con los indultos: les apuntamos, decía el felón. Ayer escenificaron esa rabia con el terrorismo etarra, acabado hace diez años, que tanto les dan las víctimas, a menos que les sirvan para sus intereses partidistas. Nada se puede esperar de ellos y nada se espera. Los españoles sí que les han apuntado.