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'En un barrio de Nueva York', el musical 'spanglish' que celebra el poderío latino

Lin Manuel Miranda produce esta adaptación cinematográfica del musical de Broadway que es una oda a la cultura latinoamericana como parte de Estados Unidos

Fotograma de 'En un barrio de Nueva York' / WARNER

Fotograma de 'En un barrio de Nueva York'

La gentrificación y el precio del alquiler no solo son dos preocupaciones de las clases medias y obreras de Madrid, también en Nueva York, una ciudad con enormes contrastes económico. Hasta Washington Heights, el barrio neoyorquino donde se asentaron hace décadas los inmigrantes latinoamericanos, sobre todo las familias dominicanas, todo está en proceso de cambio. El barrio está cambiando, enfrenta problemas de gentrificación y desplazamiento, y corre el riesgo de perder su alma latina. Es lo que muestra En un barrio de Nueva York, el musical que debutó en Broadway en 2013 y que ahora llega a la gran pantalla. 

Fue Lin Manuel Mirada, un americano de origen latino, quién llenó los escenarios neoyorquinos de bailarinas, cantantes y actores latinos que reivindicaban su cultura de origen junto a la cultura del país que acogió a sus padres y abuelos. Todo un logro si pensamos que durante décadas, todo lo latino en los musicales ha sido prácticamente relegado al West Side Story de Leonard Bernstein, que debutó en 1957. Miranda ya revolucionó los escenarios con Hamilton, un musical sobre la historia de Estados Unidos que reivindicaba la importancia afroamericana y ahora produce esta adaptación con sus canciones originales, en las que suena el español. Paciencia y fe, Piragua, Carnaval del barrio o No me diga, son algunos de los grandes momentos del filme.

El musical sigue a varios protagonistas que tienen algo en común: los sueños, "los sueñitos", como ellos dicen. Todos tienen aspiraciones, las propias del sueño americano, que se ven algo truncadas por ser quiénes son. Ser latino en los Estados Unidos no es fácil, y la cinta dirigida por Jon M. Chu, director taquillero de origen asiático que debutó con Crazy Rich Asians, lo pone de manifiesto, a la vez que reivindica ese orgullo latino. Un orgullo que aparece en la música, en las ropas, en la comida, en la alegría de vivir las adversidades y en algo importantísimo, la comunidad.

"La intimidad era lo primero que quería mostrar, porque fue lo que me movió cuando vi por primera vez el musical. Yo no soy de Washington Heights, no soy latino, pero me movió como niño que creció en un restaurante chino. Para bien o para mal, sabía lo que era tener una familia que te quisiera y llevar esos sueños sobre los hombros. Así que para mí lo primero era adentrarnos en esa intimidad, poder hacer que te quedes a dos centímetros de la cara de alguien, algo que no se logra en un escenario", explica el director.

"Vosotros tuvisteis una comunidad cuando llegasteis, yo no la tengo", dice uno de los personajes femeninos, una joven que ha ido a la universidad, la primera en su familia en conseguirlo, pero ve cómo es rechazada por sus compañeras. Tampoco encaja ya en su barrio de toda la vida. La identidad y la reivindicación de igualdad de derechos son los dos grandes temas de esta película que iba a estrenarse antes de las elecciones, como un modo de protesta contra la política migratoria de Trump. En realidad llega en un momento donde el actual presidente sigue pidiendo a los latinoamericanos que no vayan a Estados Unidos.

Anthony Ramos es el protagonista. Dueño de una tienda de comestibles que sueña con volver a su país, a República Dominicana. Hay un empresario latino que sueña con que su hija sea abogada. Un joven sin papeles al que no le dan la oportunidad de seguir estudiando, tres peluqueras que tienen que mudarse de barrio porque no pagan el alquiler.

"Me identifico mucho con el personaje de Nina, sé lo que es ir a una universidad y no ver a ningún hombre negro más, o ver a muy pocos. Se necesita tiempo, paciencia y trabajar mucho en ello. Y se necesita una película como esta. Ni siquiera importa si eres una persona de color o no, todos hemos tenido momentos que nos van a permitir identificarnos con el musical. Todos nos hemos sentido alguna vez fuera de lugar, todos hemos soñado a lo grande", explica Corey Hawkins, uno de los actores que protagonizan esta historia de sueños y de amor. A él se unen Ramos, Melissa Barrera o Leslie Grace, pero entre todos sus personajes subyace una figura esencial: la abuela, esa figura materna que representa la importancia de la mujer en la cultura latina.

Lin Manuel Miranda demuestra que es el latino amable. Alguien que con sus historias emotivas y sentimentales lograr lanzar mensajes muy claros en un momento donde la comunidad latinoamericana es la única que no ha entrado en Hollywood. Después de 2016, con el movimiento de los Oscar So White, el compromiso con los afroamericanos en la meca del cine ha cambiado. También los directores asiáticos han logrado peso en los últimos años. Los latinos deben andar ese mismo camino. En un barrio de Nueva York es el primer paso, un West Side Story empoderado y reivindicativo, donde no falta una manifestación por los dreamers. Vamos que Spielberg lo tiene complicado con su adaptación del musical de Robert Wise.

 
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