Preludio de un Brexit sin acuerdo

Madrid

Europa afronta estos días grandes retos. Frenar la expansión de la nueva cepa del coronavirus es uno de ellos. De momento, el aislamiento del Reino Unido, origen de esta nueva variante del virus, se ha traducido, entre otras cosas, en esas larguísimas colas de camiones en la frontera entre ese país y Francia, que podrían empezar a disolverse en los próximos días, después de que Francia reabra los pasos fronterizos.

Pero esa imagen que llevamos viendo desde hace algunos días, con miles de camioneros atrapados, puede ser tan solo un preludio del otro reto al que se enfrenta Europa, el Brexit, sobre el que se sigue negociando, pero sobre el que no hay todavía ningún acuerdo definitivo que permita pensar que la salida del reino Unido de Europa no vaya a ser caótica. Así que Boris Johnson puede hacerse una idea de lo que puede a ser una salida sin acuerdo, solo con mirar las imágenes de estos días.

La combinación de virus y Brexit adelantan el caos, pero también adelantan la imagen del aislamiento, consecuencia de la voluntad de querer salir de Europa. Esto puede haber sido el ensayo general de lo que puede pasar a partir del 1 de enero. La tormenta perfecta que tiene que gestionar Boris Johnson que ha pasado de presumir del control exclusivo de las leyes y las fronteras del reino Unido, sin depender de Europa, de negar el virus, aunque luego se contagió, de presumir de ser el primero en suministrar vacunas, ha pasado de todo esto a gestionar el caos, sanitario, burocrático y político.

Quedan solo ocho días para el 1 de enero, ocho días para que, si no hay un acuerdo de última hora, todos aquellos que soñaron con un reino Unido fuera de Europa se den de bruces con la realidad.