Inma Cuesta: "Hasta del fango he salido reforzada"

Madrid

La actriz Inma Cuesta (Valencia, 1980) visita esta madrugada El Faro de Mara Torres y hace durante la conversación un viaje por algunos escenarios de su vida. Comienza por los veranos en casa de su tía Carmen, donde junto a su gran familia, comenzó a realizar sus primeros shows y actuaciones desde los cuatro años. Su inquietud por interpretar, cantar y representar empieza desde muy joven. Desde entonces no ha parado. Con tesón consiguió convencer a sus padres para estudiar Arte Dramático, a pesar de su reticencia.

A los seis años se muda a un pueblo de Jaén, el lugar en el que se cría y en el que sigue siendo conocida como 'La hija del tapicero'. El olor y los retales del taller de su padre acompañan los escenarios de su niñez. Recuerda junto a Mara Torres escuchando 'Il mondo' de Jimmy Fontana los viajes entre Jaén y Valencia con sus dos hermanos en un Seat Panda rojo. 

Cuando decide venirse a Madrid a probar suerte, Inma Cuesta trabaja en un bar y luego en una tienda de ropa. Es en este último trabajo donde el deseo que siempre había tenido se materializa. La llaman para un casting masivo del que va superando fase tras fase hasta llegar al musical 'Hoy no me puedo levantar' el primero de los muchísimos trabajos que luego vendrían en una carrera reconocida por público e industria. Títulos como 'Arde Madrid', 'La novia' o 'La voz dormida'. 

Ahora acaba de estrenar 'El desorden que dejas' de Carlos Montero en Netflix en la que comparte protagonismo con Bárbara Lennie. La serie se coloca entre las primeras en tendencias más vistas en la plataforma y está teniendo una acogida muy buena en sus primeras semanas de estreno. 

Inma Cuesta defiende su "crecimiento personal" en cada papel que interpreta, en cada personaje, aunque reconoce que no todos dejan la misma huella. Hace balance de este 2020, difícil sin distinción para todos, duro y amargo pero, como siempre hace en la vida, se queda con las cosas buenas y resale la mujer luchadora que busca aprender de todo, incluso de los momentos donde una se ve atrapada en el fango.