Toca evitar lo peor
Más que criticar a las comunidades y al gobierno central por los cambios de ahora, quizás habría que hacerlo por el plan más flexible de hace 15 días. Porque da la impresión de que no acabamos de aprender y vamos siempre por detrás de la curva, tomando las decisiones cuando estamos en el precipicio
Madrid
Nos ponemos en puertas de la Navidad sumidos en el desconcierto que provoca la pandemia. Sí, es la pandemia y conviene no perder esto de vista. Porque hoy hay mucho enfado, muchos planes truncados, mucha reorganización familiar. El Plan de Navidad se hizo hace 15 días y en estas dos semanas la curva se ha dado la vuelta y los planteamientos de hace 15 días no sirven ya.
Todas las comunidades están ajustando esos planes a la nueva realidad del virus y eso provoca esta sensación de caos. Ningún gobierno le fastidia las navidades a su población por capricho y somos sociedades adultas que enfrentan las dificultades pensando en el bien común.
Más que criticar a las comunidades y al gobierno central por los cambios de ahora, quizás habría que hacerlo por el plan más flexible de hace 15 días. Porque da la impresión de que no acabamos de aprender y vamos siempre por detrás de la curva, tomando las decisiones cuando estamos en el precipicio. No nos pasa solo a nosotros, ahí están los ejemplos de Alemania o Francia. Sea como sea, ahora toca evitar lo peor. En el fondo, todos sabemos lo que se debe hacer, los que van a desplazarse de comunidad y los que no, una vez en casa, reuniones pequeñas, ventanas abiertas y actuar como si cualquier de nosotros pudiera contagiar.