'El arte de volver': Macarena García busca su sitio
La actriz protagoniza el debut en el largometraje de Pedro Collantes, un drama intimista sobre una joven que vuelve a Madrid tras pasar un tiempo en Nueva York
Madrid
Buscar tu lugar en el mundo es una aspiración universal que se vuelve recurrente si además eres actriz. Un trabajo que depende de que te llamen otros y siempre está marcado por la incertidumbre del próximo proyecto o personaje. Eso admite Macarena García, quien protagoniza 'El arte de volver', la ópera prima de Pedro Collantes que pasó por el Festival de Venecia.
La actriz interpreta a una joven que vuelve de Nueva York a Madrid y recorre las primeras 24 horas en varios encuentros donde se percata de la distancia que impone el tiempo lejos de los seres queridos, reviviendo tensiones familiares, miedos y nostalgias que parecían pasado o, al menos, parte de un tiempo congelado. La idea nace de la propia experiencia del realizador y, como admite Macarena García, generacionalmente todo estamos conectados con esa situación por la crisis de 2008. "Yo soy de Madrid, estudié allí y en el otoño de 2008 me fui a Noruega y de ahí de un sitio a otro. Regresé en 2017, han sido nueve años fuera. La película está inspirada en mis vivencias y también las de muchos amigos que conozco. Cada uno a su manera, todos coincidimos en esa sensación peculiar, característica de esas circunstancias. Es como volver a poner en sincronía el pasado que has dejado con el presente que te encuentras cuando vuelves. Las relaciones familiares y amistosas, cómo se quedan y cómo evolucionan por su cuenta y se vuelven a encontrar", explica Collantes.
Fue Pablo Berger, director de 'Blancanieves', quien puso en contacto a Collantes y la actriz, que se encontraba en el rodaje de una serie que se alargaría meses. En un descanso, unos días de vacaciones, aprovechó para grabar este proyecto del que se había enamorado al leer el guion. Una experiencia intensa, dice, entrar en el personaje de Noemí en unos 12 días y expresar la carga emocional de forma naturalista de esa joven que no encuentra vínculos ni arraigo en su regreso. "No hace falta irse para descuidar las relaciones, todos creo que lo hemos experimentado incluso en este mundo conectado", apunta.
"Me interesa mucho la incomunicacón y, quizá, me sale de forma natural. Me parece interesante, quizá estoy influido por la experiencia de vivir fuera, que hace que me haya comunicado con gente muy diversa. De hecho, mi mujer es de Japón y esa incomunicación la vivo cuando voy. Hay algo presente en esa escena con Macarena y el Taxista, que es extranjero. Es el retrato de dónde se rompe la comunicación entre una generación y otra, o entre dos amigas que lo eran hace tiempo y de alguna manera la unión se rompió", añade Collantes.
La cinta discurre con tomas largas en esos seis encuentros -la hermana, el abuelo, la amiga, el follamigo y dos desconocidos, el taxista y la aspirante a actriz en una sala de casting- que van componiendo el paisaje emocional de esta chica en busca de anclajes. "Igual por ser montador y conocer los trucos del montaje, me gusta minimizar el montaje. Me gustan las tomas largas y una sensación de ritmo muy orgánico y naturalista. En la escritura ya estoy pensando mucho en el montaje, ya hago algo ahí en el guion", explica el director.
Hay también una reflexión metacinematográfica sobre la capacidad de elegir y las dudas. Macarena García interpreta a una actriz sin éxito en Nueva York que vuelve por un casting y se debate entre aspirar o no a un trabajo en una serie de éxito con guiones malísismos. "Soy de esas que suele pensar mucho en lo que estoy haciendo, cómo lo hago, le doy muchas vueltas a eso de mi carrera", admite la actriz. "En toda profesión hay una serie de decisiones que te van posicionando y, a veces tienes que elegir entre trabajos que a nivel creativo y artístico te dan poco, pero te da solvencia económica. Son decisiones que como creador las he vivido y me parecía interesante incluirlo en la historia, en la decisión de una actriz, y en una decisión que tiene que ver con el hecho de volver", sentencia Collantes, una nueva mirada para el cine español en un año de grandes óperas primas.