Negacionista
Al final acabaremos cediendo y diciendo que sí a todo por miedo. Está claro que hay muchos negacionismos malos, pero hay algunos afirmacionismos que déjalos correr
Madrid
Hay palabras que, cuando se ponen de moda, pierden ya todo el sentido. A la palabra "negacionista" le ha pasado eso. Empezó utilizándose para los desalmados que negaban el Holocausto, luego se aplicó a los que negaban el cambio climático, pero ahora ya se aplica al que niega cualquier cosa.
Si un político cuestiona los datos de otro político, ya es un negacionista. Decir que no a algo, ya es ser negacionista. El otro día, mi mujer me pregunta: "¿tienes hambre?". Le contesto "no" y me dice: "negacionista". En el supermercado me pregunta la cajera: "¿Tiene usted los veinte céntimos?" Le digo que no y me llamó "maldito negacionista".
Al final acabaremos cediendo y diciendo que sí a todo por miedo. Está claro que hay muchos negacionismos malos, pero hay algunos afirmacionismos que déjalos correr.