Gol por la escuadra

Madrid

A la espera de lo que diga el jueves la militancia de Bildu sobre el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, que Arnaldo Otegi quiere avalar, el PNV ya ha dado su paso. Ha concedido su sí a cambio de otro paquete de medidas que suma la supresión del impuesto al diésel, ya conseguida la semana pasada. Aitor Esteban exhibe así su gran capacidad negociadora, arranca pingües beneficios para su nacionalidad histórica y demuestra un gran talento para la política al estilo Churchill, defendiendo intereses y no amigos.

Por otro lado, y con la ayuda del PSOE, los nacionalistas vascos le marcan un gol por la escuadra a la izquierda abertzale, que de la mano de Unidas Podemos pretende desbancar al centro izquierda en influencia, como si la experiencia acumulada no fuera un grado ni la habilidad demostrada una virtud, además de una versatilidad ideológica sin la cual difícilmente se podría bascular entre apoyar a socialistas o a populares y siempre salir ganando. Que Bildu trabaje concienzudamente para abandonar su pasado y pretender que se olvide, siendo muy positivo para todos, es todavía insuficiente. Necesita de más tiempo, mayores dosis de constancia y algún arrepentimiento público. Su viraje no le basta para desbancar a quienes nada tienen que corregir y llevan años depurando estilo, algo muy distinto a lo que intenta Esquerra Republicana de Cataluña, que también se ha pasado al sí a las cuentas. Rufián sabe que hay en el Congreso un vacío catalán que espera ser ocupado, el que dejó Convergència i Unió cuando el tándem Puyol-Durán practicaban el pájaro en mano. Por cierto, y hablando de Rufián, ¿quién iba a decirle al gran provocador de la derecha nacionalista catalana que acabaría practicando sus mismas artes?