¿Es necesario crear falsas expectativas?

Madrid

Desde hace ocho meses vivimos sumidos en la incertidumbre. Un desconcierto lógico derivado del desconocimiento del virus al que nos enfrentamos, del que vamos aprendiendo y al que nos vamos combatiendo con la estrategia de la prueba/error. Otras incertidumbres tienen menos lógica. Por ejemplo, la suscitada por la diversidad de medidas, según momentos y territorios, que casa mal con la lógica de un virus que, se nos dijo, no conocía fronteras. Y por si fuera poco, asistimos a anuncios de nuestros responsables públicos que anticipan con fecha avances que vaya usted a saber…

Hace tres meses, el ministro Salvador Illa aseguraba que a finales de año dispondríamos de alguna vacuna. Después fue a finales de año o a comienzos de 2021. Hoy Pedro Sánchez ha dicho que las campañas de vacunación podrían estar en marcha dentro de seis meses. Es verdad que el presidente no usa el contundente futuro sino el incierto condicional, que vale para lo uno y su contrario: podrían estar… Pero convendría que no olvidaran que bastante tenemos los pacientes ciudadanos y los ciudadanos pacientes con gestionar un difícil presente y frustradas esperanzas sembradas en el pasado, como la de la nueva normalidad tras la desescalada, como para cargar ahora con falsas o, al menos, dudosas expectativas.