Tierra, mar y aire: las secuelas del cambio climático en España
Bosques despoblados, especies marinas desaparecidas y alteraciones en la migración de las aves. Hacemos un repaso a los efectos del calentamiento global en el día contra el Cambio Climático
Punto de Fuga (24/10/2020): "Cambio climático por tierra, mar y aire"
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Las ONG que trabajan en el terreno han constatado que en los últimos años las altas temperaturas y la acción del hombre han contribuido a la despoblación de los bosques, la desaparición de especies marinas y la alteración de las migraciones de las aves.
En el día contra el cambio climático, repasamos cómo el calentamiento global afecta en los diferentes entornos en España: tierra, mar y aire.
Tierra: Bosques despoblados y especies en peligro
La mayoría de la población es consciente de que estamos destruyendo el planeta y de que debemos hacer algo, sin embargo, el compromiso de hacerlo es más complicado.
En el caso de los bosques, la acción del hombre ha tenido mucho que ver en el deterioro de la tierra, no solo por su contribución al cambio climático, sino por intereses económicos que hacen que se deforestan las selvas para tener más capas de cultivo, por ejemplo. Trabajando para recuperar la vegetación que cubre la península ibérica está desde hace 35 años ARBA, la Asociación para la recuperación del bosque autóctono.
Simón Cortés, presidente de la asociación, ha visto a lo largo de esos años cosas positivas y negativas. “A raíz de la despoblación del medio rural, el abandono del campo, el bosque ha ido recuperando ese terreno que en un principio le habíamos quitado”, dice, pero también se está viendo una invasión de cultivos forestales con la “plantación de pinos o eucaliptos en detrimento de nuestros bosques originales”.
El actual modelo productivo que “no mira hacia el futuro sino hacia el presente” es insostenible para nuestro medio ambiente. El consumismo y estilo de vida actuales repercuten enormemente en los ecosistemas vegetales y animales.
Cortés cree que es necesario cambiar los modelos de gestión forestal en España, especialmente en la cornisa cantábrica, además de hacer repoblación con especies autóctonas para recuperar los ecosistemas. España tiene una enorme variedad botánica, desde bosques a estepas, por eso ARBA aboga por una conservación y recuperación de los espacios.
Desde la asociación contribuyen al repoblamiento de los bosques con varias iniciativas desde la educación a las salidas botánicas o para recoger semillas de árboles, arbustos y herbáceas. También realizan replantaciones populares en las que todos los ciudadanos pueden participar.
Mar: “Nos estamos quedando sin sardinas”
El entorno marino es posiblemente uno de los ecosistemas en el que más se está notando el impacto del cambio climático. Hay numerosas especies que se han desplazado.
Son los pescadores quienes han dado cuenta de los cambios en los peces que antes capturaban en determinadas zonas y que ya no están, explica Carlos Gago, director de proyectos de Xaloc.
La ONG, dedicada al estudio y conservación del mar desde hace una década, ha notado como por ejemplo las sardinas y los boquerones, las especies más capturadas en el Mediterráneo, tienen una reproducción cada vez menor porque las aguas están más templadas. “Las sardinas se están desplazando hacia el norte y quedan cada vez menos”, dice Gago, hasta el puto de que ya se puede ver cómo en las pescaderías españolas se venden especies parecidas a la sardina como sustitutivo.
“Los peces tienen la posibilidad de menearse”, es la ventaja de estos ecosistemas a la hora de enfrentar la subida de temperaturas que provoca el cambio climático. Las plantas, sin embargo, lo tienen imposible, recuerda el director de proyectos de Xaloc. “Las algas y otras especies de nuestros mares no pueden desplazarse, por ejemplo, la poseidonia, nuestra gran aliada contra el cambio climático que captura una ingente cantidad de CO2”.
La salvación de tortugas marinas es otro de los proyectos en los que colabora la organización. “La tortuga boba es una especie en peligro”, gravemente amenazada por los plásticos y microplásticos en los mares, subraya Gago. Pero cada vez hay más nidos en el litoral mediterráneo español, algo en lo que el cambio climático también tiene mucho que ver.
Gago insiste en que la lucha contra el cambio climático y por la preservación del ecosistema marino es la forma de protegernos a nosotros mismos y nuestra supervivencia en el planeta.
Aire: Cambios en las migraciones de las aves
Las aves, como grandes migradoras, son otro gran ejemplo del impacto del cambio climático en España. SEO BirdLife, que trabaja realizando censos desde 1950, ha visto como “especies que jamás veíamos aquí en invierno porque se pasaban la época desfavorable en África ya no lo hacen”.
Juan Carlos del Moral, responsable de Ciencia Ciudadana de la organización, pone como ejemplo el caso de las cigüeñas blancas, que en la década de 1990 ya pasaban en algunos casos el invierno en los humedales del sur de la península ibérica, pero “poco a poco van ganando territorio y ahora mismo podemos ver en Madrid cerca de 10.000 cigüeñas en pleno invierno y más de 30.000 en toda España”.
El problema va más allá del cambio de distribución y compromete la supervivencia de los ejemplares. El urogallo es una de esas especies en peligro. Al florecer antes de tiempo el arándano del que dependen los pollos de urogallo por el aumento de las temperaturas, no hay fruto cuando las crías lo necesitan y desaparece la población.
Poblaciones como los gorriones, ligadas al medio urbano, se ven afectadas también por la contaminación acústica y la actividad humana. “Hay especies de aves calificadas como en peligro crítico”, alerta del Moral, entre ellas la cerceta pardilla o el escribano palustre, ligado a los humedales de la Mancha y Castilla y León.