España falla en la identificación y protección de las víctimas de trata
La mayoría vienen engañadas y no son detectadas por las autoridades, acompañadas e informadas ni tampoco se las protege porque "prima la persecución del delito", denuncia Amnistía Internacional
![Punto de Fuga: '¿Qué es el capitalismo de vigilancia?' (17/10/20)](https://cadenaser.com/resizer/v2/53RBUEW2IBKABGUTXFDAS5YZWY.jpg?auth=1ed1b566daee9d5ea8ef7a737d86197254c073961ec634a2089affca561ec6c4&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
Punto de Fuga: '¿Qué es el capitalismo de vigilancia?' (17/10/20)
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“Me dijo: ‘vas a hacer lo que te estamos diciendo o si no vamos a violar a tus sobrinas, vamos a grabar un vídeo y te lo vamos a enseñar’. En ese momento yo me sentí culpable porque vine con una maleta llena de sueños que ellos me quitaron y puse a toda mi familia en peligro”, cuenta Marcela, obligada a prostituirse cuando fue traída pensando que iba a trabajar en la limpieza doméstica.
Como ella, decenas personas vienen engañadas y amenazadas para ser explotadas laboral o sexualmente en España, aunque no existen datos fiables que muestren la verdadera magnitud de este problema. Contrasta, por ejemplo, que de entre las 75.000 personas detectadas como posibles víctimas de trata solo se haya identificado a mil víctimas.
Con motivo de la celebración este 18 de octubre del día europeo contra la trata de seres humanos, Amnistía Internacional ha evaluado en un informe las dificultades que existen en España para identificar a las víctimas del tráfico ilegal de seres humanos y, sobre todo, para protegerlas.
Virginia Álvarez, investigadora de AI, insta a los Estados a identificar a las posibles víctimas porque muchas de ellas vienen engañadas, sin saber lo que les espera, lo que hace que “no se sientan víctimas” o que tengan miedo a denunciar por “miedo a que las puedan expulsar, porque tienen deudas o porque han amenazado a su familia”.
España es un país de destino y tránsito para las víctimas de esta “forma de esclavitud moderna”. AI denuncia que no existe un protocolo que las detecte, las acompañe y les dé información y seguridad. “En frontera no hay nada, las mujeres aquí son primero migrantes irregulares, y no se les está dando ningún tipo de información”, asegura Álvarez. Además, la investigadora denuncia que en muchas ocasiones la protección de la policía está supeditada al intercambio de información.
Álvarez cree que el error está en que se antepone la persecución del delito a la protección a las víctimas. “La policía debe ser un actor más, pero no el actor principal”, porque ahora se amenaza a las mujeres con ser expulsadas del país si no colaboran con la investigación.
Muchas de las víctimas que llegan son menores. “Los tratantes les dicen que digan que son mayores o incluso llegan con documentación falsa”, explica la investigadora. Sin embargo, las autoridades no están siendo diligentes, “no se va más allá y hay muchas menores que se pierden”, denuncia.
Tras el confinamiento por la pandemia se ha agravado aún más la situación porque se ha invisibilizado todavía más, insiste Amnistía Internacional.