Caos, caos, caos
Pues si los responsables hablan de caos, que dejen a otros la gestión de la vida colectiva de una Comunidad que está en lo alto del ranking de contagios de toda Europa.
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Madrid
A esta hora, las diez de la noche, entran en vigor las nuevas restricciones en Madrid, cinco millones y medio de personas ven limitada su movilidad a partir de este momento y sólo podrán abandonar sus municipios, incluida la capital, por causa justificada.
Es la foto de una ciudad maltratada por el desconcierto político. Acaba de dimitirle Díaz Ayuso, su consejero de Políticas Sociales. Se llama Alberto Reyero y es de Ciudadanos. Se va Reyero, diciendo que sólo la unidad permitirá vencer al virus. Es una noticia de indudable calado para un gobierno de coalición, pero el desconcierto ciudadano lo provocan también las dudas que su gobierno regional no deja de sembrar sobre las restricciones que ese gobierno tiene que gestionar. Tanto la presidenta como sus consejeros de Sanidad y Justicia, responsables, insisto, de la gestión de las medidas, han hablado hoy insistentemente de caos.
Pues si los responsables hablan de caos, que dejen a otros la gestión de la vida colectiva de una Comunidad que está en lo alto del ranking de contagios de toda Europa.
