Matteo Garrone: ''La mentira está en la sociedad, pero más en los políticos''
El director italiano estrena 'Pinocho', una versión barroca y cruel del cuento tradiconal de Carlo Collodi, que Disney trató de educorar
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Fotograma de Pinocho / CEDIDO
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El cine de Matteo Garrone se mueve entre el realismo de una Italia que lidia con la inmigración, la corrupción y la mafia y otra que vive de la ensoñación y de la herencia barroca. Dogman, Gomorra o Reality, pertenecían a esa primera tendencia del director. Mientras que El cuento de los cuentos, a la segunda. Aquella película, que estuvo en Cannes, fue una sucesión de historias de fantasía oscura que reunió a Salma Hayek o Vincent Cassel.
En esa línea se inserta su Pinocho, versión del cuento italiano de Carlo Collodi, que Disney tergiversó y que ahora el cineasta italiano pretende devolver a su origen. Tras presentarla, antes del COVID-19, en la Berlinale, la cinta llega a cines este viernes con Roberto Benigni en el papel de Gepeto.
¿Por qué una adaptación de Pinocho?
Tenía la posibilidad de dar a conocer el gran clásico de Carlo Collodi y a la vez hacer una película que fuera diverso y para distintos públicos. La idea era ir al origen del texto y recrearlo de manera fiel, para dar a descubrir al público una historia que realmente no se conoce tanto. La primera idea nació de cuando leí el clásico de adulto y vi muchas cosas que ya no recordaba o que ni siquiera sabía. El texto de Pinocho me ha acompañado toda la vida. Cuando era pequeño, con seis años, ya dibujé el storyboard de Pinocho. Y ahora sentí que había llegado el momento.
¿Qué le parece la versión de Disney? ¿Deberíamos olvidarla?
No, no es elegante hablar del trabajo de otros. Personalmente, siendo yo italiano y habiendo hecho un trabajo sobre el texto original y las primeras ilustraciones y un trabajo fotográfico de la Italia de aquellos años, pues creo que mi versión es mucho más cercana a la historia original. Eso seguro.
Es una historia universal, pero ¿qué tiene de italiana?
Es una historia universal, pero al tiempo es toda típicamente italiana, nacional. Como las grandes obras de la literatura. Cuando las lees sabes dónde nacen, a dónde pertenecen, pero a la vez dan personajes universales que cualquier lector, de cualquier parte del mundo, pueden entender. Creo que el personaje de Pinocho tiene una alegoría y un carácter italiano. Es un carácter casi de arquetipo. Cuando planteé Pinocho, lo planteé como un personaje que podríamos encontrarnos en estos días. Es una historia que habla del presente, del pasado y del futuro.
¿De qué habla exactamente del presente? ¿Qué nos dice de nuestros días?
Exactamente. Collodi, cuando escribe Pinocho, trata de advertir a los niños de los peligros del mundo que le rodean. Muestra cómo de violenta puede ser la realidad que les rodeaba y cómo es de importante que los hechos sean justos y, a la vez, muestra esas consecuencias de las acciones malas. Esta parte, aunque más negra y oscura, es importante, porque son las que advierten a los niños de cómo es el mundo y eso hace que el texto sea siempre contemporáneo.
La metáfora de la nariz que crece con las mentiras... ¿Es la metáfora que los políticos no han aprendido?
El problema de la mentira está en el ser humano, que no solo están en los políticos. Sabemos que el interés privado está por encima de lo público. Eso también es actual en este texto. Es una película que surge con el propósito de entretener a los niños, de dar espectáculo, de dar nuevas imágenes, y que fascine también a los adultos, manteniendo lo divertido y la comicidad, como en la Comedia del Arte.
¿Fue difícil convencer a Roberto Benigni, ya que él también había hecho su propio Pinocho?
Fue una coincidencia fantástica. Nos encontramos en Cannes, cuando yo presenté Dogman. Ha sido un regalo que me ha hecho a mí, a la película y al cine. Ha captado todas las características de Gepeto. Roberto viene de una familia pobre, de muchos hermanos, hijo de granjeros. Ha crecido en ese mundo, de modo que nadie mejor que él podía contarnos este personaje que tiene momentos trágicos y cómicos. Su participación en la película es un honor para mí.
Directores como Coppola, Fellini, incluso Del Toro, intentaron hacer Pinocho y no lo lograron, pero usted sí. ¿Es un éxito mayor?
Yo estoy muy contento, ha sido un proyecto muy importante, que llevo muchos años preparando. Mirando la literatura, las metamorfosis literarias... Fue una suerte que Coppola no lo lograra porque después de La vida es bella se lo propuso a Benigni. Pero ha podido hacerlo conmigo.
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Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...