La chulería, en otro momento

Madrid

¡Qué impertinentes son algunos políticos! Lo fue anteayer el pimpollo Casado, henchido el pecho de grandes dignidades, que su depurada ideología, sus firmes principios le impiden pactar con Podemos, ni más ni menos que el gobierno legítimo.

La derecha, a estas alturas, ya ha perdido hasta el concepto de democracia. Pero ayer ese papel de sietemachos lo jugó Gabriel Rufián, tan dado a la sobreactuación y la chulería de mal actor de tres al cuarto. Reparten patentes que no les corresponden, y el representante de Esquerra se arroga, ni más ni menos, que el de decidir quién es compatible o no con la izquierda. ¿Quiere Rufián, por ejemplo, aclararnos si el señor Torra y los miembros de ese partido que ya nadie sabe cómo se llama, sus socios, sí son de izquierdas? Entiendan todos, hagan el favor a los españoles, que simplemente buscamos salvarnos de esta crisis gigantesca.

Museo: "Sánchez no ha renunciado ni al sueldo ni a las vacaciones mientras casi un millón de españoles se sumaban a la cola del paro". Isabel San Sebastián. ABC.