'The disciple': la película india que destroza Operación Triunfo
Apadrinado por Cuarón, el director indio Chaitanya Tamhane ha presentado en Venecia 'The Disciple', una película sobre el éxito, la fama y las traiciones con la música clásica india como contexto
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Fotograma de 'The Disciple', película india presentada en Venecia / CEDIDA
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El relato del éxito, el fracaso y la fama que todos hemos interiorizado es el del cine de Hollywood, el de las estrellas que trabajan duro y que un día llegan a triunfar. Una falsa meritocracia vinculada al sueño americano, que ha exportado a través de su cine a todo el mundo. Es cierto que, frente al relato común del éxito, hay siempre miradas más oscuras. Uno de los últimos en aportarla es Demian Chazelle, que en su dos primeras películas Whiplash y La La Land, hablaba del éxito como motor de la vida, con sus consecuencias. Más sincera y oscura le ha salido The Eddy, una serie de televisión centrada en músicos de la periferia parisina.
De ahí lo novedoso del relato del éxito y la música que hace The Disciple, una agradable sorpresa presentada en competición en Venecia. Apadrinada por Alfonso Cuarón, que ya sabe lo que es ganar el León de Oro, la cinta está dirigida por el director indio Chaitanya Tamhane. Cuenta el empeño de un joven obsesionado con la música tradicional india y, en el fondo, con poder triunfar en ella. Lo ha dejado todo, novias, amigos, una madre a la que no ve y solo cuida a su maestra y se ensaya y ensaya una y otra vez. La cinta capta la mirada del protagonista, que ve como todos a su alrededor prosperan, menos él.
Si todo el cine de Chazelle iba del éxito, la película de Tamhane va del fracaso. De cómo lidiar con él. El protagonista lo intenta una y otra vez, hace su música bajo las estrictas normas de la tradición, pero no funciona. ¿Hasta cuándo seguir intentándolo? "Busca un trabajo de verdad", le dice la madre. ¿Habla de la música o es también un retrato del mundo del cine? Un mundo donde solo lo mainstream parece tener cabida.
Pero The Disciple es también una reflexión sobre el peso de la tradición, de una música llena de mitos y rituales, que es cada vez menos compatible en la India actual, con ciudades llenas de rascacielos, de música en inglés y de un ritmo de vida cada vez más frenético. El peso de la tradición como un ancla que no deja avanzar, pero, en el lado opuesto, la ruptura total con una forma de entender la música y la vida borrada por la globalización.
La única manera de triunfar, un éxito rápido y seguro, es en la televisión. Y es que en la cinta hay una mirada cínica a esos concursos musicales de la televisión actual. Los Operación Triunfo y otros talent show que crean al personaje y lo lanzan al mercado envuelto en un halo de falsedad prefabricada. Como señalaba el profesor Wenceslao Castañares, en su libro La Televisión moralista en España. Formatos como el de Operación Triunfo indagan en cómo influye el sentimentalismo en nuestro día a día y qué papel juega la televisión en ello. La moralidad nace de la simpatía hacia los otros, según Adam Smith, y ahí aparece la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de compartir sus alegrías y penas. Es la búsqueda de este personaje todo el rato, dándose cabezazos contra todas las pareces.
Ese problema entre ser auténtico, pero a la vez tener gancho mediático, es el leit motiv de un talent show, de la televisión; pero también -como muestra The Disciple- esté en la música popular. Esa obsesión narcisista de construirse a uno mismo como personaje único e irrepetible es un gran trauma del mundo moderno, pero renunciar a ello, como hace el personaje de la película, ya no es posible.
Las escenas de conciertos, de ensayos, las casas humildes de los protagonistas, contrastan con los paseos en moto del protagonista, interpretado por dos actores, uno para la época de juventud y otro para la época adulta. Paseos en los que la ciudad se para, no hay tráfico y Bombay está vacía. Y mientras suena la voz de una falsa gurú que tiene la receta para mantener esa tradición, sin moverse ni un centímetro.
De alguna manera, la lucha entre tradición y modernidad está en toda la historia. Abrirse a la modernidad tiene el peligro de que la modernidad puede absorberte. Seguir cerrado como si no existiera puede hacer que muera esa tradición. Encontrar el término medio es el objetivo de The Disciple, una de las primeras sorpresas de esta edición de Venecia.
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Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...