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'Color out of space', la última adaptación del genio del terror

El calendario de estrenos sigue reajustándose, esta semana llegan a las pantallas '¡Que suene la música!', 'Color out of space' y 'Papicha, sueños de libertad'

En televisión, el estreno de 'Inés del alma mía' y la segunda temporada de 'Ramy'

Y recordaremos a Alan Parker y el paso de las primeras bombas atómicas por el cine

El cine en la SER: 'Color out of space', la última adaptación del genio del terror (07/08/20)

El cine en la SER: 'Color out of space', la última adaptación del genio del terror (07/08/20)

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Madrid

El calendario de estrenos veraniegos continúa reajustándose. Este fin de semana llega a las pantallas, quince días depsués de lo previsto, ¡Que suene la música!, la historia de un coro formado por mujeres de militares protagonizada por Kristin Scott Thomas. También se estrena Color out of space, una película de terror y ciencia ficción donde al bueno de Nicolas Cage le cae un meteorito en su jardín. Y también se puede ver ya Papicha, sueños de libertad un filme franco-belga ambientado en la Argelia de los años 90, cuando los fundamentalistas islámicos intentaron imponer a las mujeres el uso del hiyab. En televisión hablaremos con el actor norteamericano de origen egipcio Ramy Youssef el ganador del globo de oro por la serie Ramy, cuya segunda temporada ya se puede ver en España. También se puede ver en televisión la serie Inés del alma mía basada en la novela de Isabel Allende, la historia de Inés Suárez, una mujer fundamental en la conquista de Chile. Y recordaremos cómo el cine ha contado el lanzamiento hace 75 años de las primeras bombas atómicas.

Color out of space (Richard Stanley)

Color out of space es la nueva adaptación cinematográfica del clásico homónimo de H.P. Lovecraft, tras El Monstruo Del Terror de 1965 con Boris Karloff, Granja Maldita de 1987 o la italiana Colour from the Dark del 2008, en la que el director Richard Stanley nos traslada a una granja familiar en medio de un bosque cercano a la costa este estadounidense. Una familia, los Gardner, que han cambiado su residencia de la gran ciudad por la calma y el reposo del campo.

La apacible vida de esta familia se ve interrumpida por la caída, en medio de lo que parece una tormenta solar, de un extraño meteorito. Desde ese preciso instante, plantas y animales comienzan a tener un comportamiento anómalo en lo que parece una rápida y extraña mutación. Todo con el agua como hilo conductor y con el pozo de la granja familiar como presumible epicentro.

Stanley, conocedor del género y autor de cintas de culto de cine de terror de serie B, como El demonio del desierto o El teatro Bizarro, en esta vuelta al género tras muchos años de inactividad, consigue adaptar este clásico de Lovecraft publicado en marzo de 1927 a los tiempos modernos con un meritorio diseño artístico y un guion que aguanta perfectamente la tensión y el interés durante los dos primeros actos del film con numerosas referencias al mundo y el imaginario de Lovecraft.

Todo esto apoyado por la enésima desatada interpretación de Nicolas Cage, amigo en muchas ocasiones del exceso actoral al que este papel esquizofrénico y desquiciado le viene como anillo al dedo. Atrás quedan los años en los que Cage compaginaba títulos de acción como Cara a Cara con John Travolta con proyectos más profundos, como la recordada Leaving Las Vegas con Óscar incluido por su interpretación de un alcohólico suicida o la extraordinaria Adaptation: el ladrón de orquídeas, para desembocar y centrarse casi en exclusiva a proyectos de acción. Desde la adaptación del cómic Ghost Rider, Peligro en Bangkok, la sorprendente y divertida Kick-Ass o Tokarev, del español Paco Cabezas.

Con Policías Corruptos, Como perros Salvajes, La hora de la venganza o El Agente, la carrera descendente de Cage ha ido sumando títulos de escasa calidad y presupuestos ajustados para desembocar por ahora en esta película en la que saca su yo más reconocible para dar impulso y redondear una meritoria pero en el fondo fallida adaptación de este clásico del terror que puede entusiasmar al público joven pero que dejará fríos a los amantes del genio del terror. Porque Lovecraft es sin duda, en defensa de esta película y de todas las que han tratado de levarlo a la gran pantalla, uno de los autores más difíciles y complejos de trasladar al lenguaje cinematográfico.

Papicha, sueños de libertad (Mounia Meddour)

En la década de los años 90 Argelia vivió azotada por el terrorismo. El gobierno del país había anulado la segunda vuelta de las elecciones porque, previsiblemente, iba a ganarlas el Frente islámico de salvación, una formación que propugnaba la creación de un estado en el que se cumplieran radicalmente las normas morales y religiosas del Islam. Durante una década diversos grupos armados islamistas atentaron contra policías, militares, miembros del gobierno y de la administración, pero también contra civiles por vivir de manera demasiado occidental. Las calles se llenaban de pasquines y carteles que animaban a las mujeres a ponerse el hiyab.

Papicha, sueños de libertad está ambientada en ese tiempo en concreto en 1997. La directora del film Mou-nia Meddour tuvo que salir de Argelia e irse a vivir a Francia porque su padre estaba amenazado de muerte. La protagonista de la película es, por tanto, una especie de alter ego de la propia realizadora. Nedjima, la protagonista, es una Papicha, así se llama a las jóvenes argelinas. Vive y estudia en la Universidad. Su sueño es convertirse en diseñadora de moda. De hecho, confecciona algunos vestidos que vende a otras jóvenes en las discotecas. Pero poco a poco va notando como la presión islámica se va haciendo más y más fuerte a su alrededor. Ella, lejos de acobardarse, decide enfrentarse a los radicales y un desfile de moda la convierte en objetivo de los terroristas.

Papicha, sueños de libertad, es una historia que denuncia la intransigencia religiosa. Los fundamentalistas pretendían que las mujeres ocuparan un segundo plano, que permanecieran ocultas física y socialmente. Por eso la directora del film quería que a su protagonista le gustara el mundo de la moda y que el diseño de vestidos se convirtiera en una forma de resistencia.

Papicha es un film que, en algunos aspectos, recuerda a Mustang, esa historia de cinco hermanas encerradas en casa también por motivos religiosos. En los pasados premios César, los Goya del cine francés, Papicha, sueños de libertad ganó los galardones a la mejor actriz joven, para su protagonista Lyna Khoudri y a la mejor primera película. También triunfó en la pasada Seminci de Valladolid obteniendo el premio del público y el de mejor nueva directora para Mou-nia Meddour. Se iba a estrenar el pasado mes de marzo, pero llego el confinamiento. Y tuvo que aplazarse. Ahora, por fin, llega a las pantallas.

¡Que suene la música! (Peter Cattaneo)

El director de Full Monty y nominado al Oscar, Peter Cattaneo, dirige ¡Que suene la música! una historia honesta de gente real que se mueve perfectamente entre el drama y la comedia y que ofrece momentos musicales extraordinarios. Inspirada en hechos reales, la historia se centra en un grupo de mujeres que forman un club de canto. Mientras sus seres queridos sirven en Afganistán, ellas fundan el primer auténtico coro de esposas de militares y se ayudan mutuamente en algunos de los momentos más difíciles de sus vidas, a la vez que se convierten en una sensación mediática y un movimiento global.

Peter Cattaneo dice que las películas de militares no deberían estar siempre relacionadas con la parte bélica, sino sacar la parte más humana que reside en ellas. En esta película los protagonistas no son ni los militares ni las armas, sino sus mujeres y la guerra silenciosa (aunque ya no tanto) que ellas libran día a día.

Las familias del personal de servicio se desplazan con frecuencia y a menudo resulta difícil hacer amigos o echar raíces, lo que hace que las mujeres se sientan aisladas, particularmente cuando los seres amados están lejos durante mucho tiempo. Y ahí entra en juego la labor de los coros. Hay investigaciones que demuestran que cantar en un coro contribuye al alivio del estrés y a una mejora en el sentimiento de aislamiento, ansiedad y depresión. La red de coros de esposas de militares ejerce un papel vital al hermanar a través del canto a las mujeres de la comunidad militar. Hay más de 2300 mujeres vinculadas al ejército en setenta y cinco coros.

Igual que el director de la película pudo conocer la historia real de muchas de estas mujeres, también podemos hacerlo en ¡Que suene la música!. Tanto las protagonistas, Kristin Scott Thomas y Sharon Horgan, como el resto del coro tienen su propia historia que contar. Nadie se queda atrás en el elenco.

¡Que suene la música! celebra el poder emotivo de la música y la catarsis de cantar juntos. Es una película sobre amistad, amor, apoyo y sororidad que nos hará salir del cine habiendo reído y llorado con los personajes y sintiéndonos inspirados por el coraje de estas mujeres que, bajo su lema: 'Juntas más fuertes' nos dan una lección de fortaleza.

 
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