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Un mal día lo tiene cualquiera

Lo mal que lo pasó Hitler en sus Juegos Olímpicos

Tal día como hoy en 1936, el atleta Jesse Owens ganó la medalla de oro en los 100 metros lisos

La victoria de Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín / Getty Images

Convertirte en el dictador absoluto de un país acostumbra a comportar que poca gente se atreva a llevarte la contraria, y menos en público.

El 3 de agosto de 1936, un atleta de 22 años hizo justo esto delante de Hitler, dejándole en evidencia delante de miles de espectadores.

Ese joven corredor se llamaba Jesse Owens y no necesitó cruzar ni una sola palabra con el dictador alemán para mostrar la absurdidad de las tesis racistas que lo habían llevado al poder.

Jesse era negro, una raza que el nazismo alemán consideraba inferior a la supuesta “raza aria”, y, sin embargo, en la carrera de los 100 metros de los Juegos Olímpicos que se estaban celebrando en Berlín, fue él quien se llevó la medalla de oro. Para acabar de desmontar el constructo ideológico de los nazis, la medalla de plata fue para otro atleta negro, Ralph Metcalfe.

No fue el único mal rato que le hizo pasar Owens al dictador alemán. Ganó también los 200 metros, el salto de longitud y el relevo de los 4x100. En el salto de longitud derrotó a Luz Long, uno de los atletas alemanes que el régimen había ensalzado como símbolo de la supremacía de la raza germánica.

Long, al ser derrotado, fue el primero en felicitar y abrazar a Owens, en un gesto que Jesse describió como “más importante que cualquier medalla”.

Hitler, por su parte, no intercambió ni una palabra con el que fue el gran triunfador de los juegos, pero seguro que nunca olvidó su hazaña

 
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