El día que tiraron a un alcalde por la ventana

Que en la Edad Media no hubiera mucha democracia popular no quiere decir que los gobernantes estuvieran libres de las represalias populares si su acción de gobierno no era del agrado del pueblo. Un caso extremo de este descontento es el que pudo verse en la ciudad de Praga hoy hace 601 años.

La ciudad ya llevaba mucho tiempo convulsa a causa de un conflicto religioso que tenía también una lectura social. El movimiento husita, que era muy crítico con la iglesia católica, seguía siendo fuerte pese a que su fundador, Jan Hus, había sido quemado en la hoguera cuatro años antes.

El 30 de julio de 1419, Jan Zelivsky, un cura husita, llevaba a su congregación en una procesión por las calles de Praga y se dirigieron a la Plaza Carlos, donde estaba el ayuntamiento.

Ya había hostilidad hacía el gobierno municipal porque este se había negado a intercambiar a los husitas que tenía presos. Los ánimos se acabaron de caldear cuando una piedra fue aparentemente lanzada contra Zelivsky desde el ayuntamiento.

Sus seguidores, viéndole herido, entraron en masa en el edificio, agarraron al juez, al alcalde y varios miembros del consejo de la ciudad y los tiraron por las ventanas. Los que no murieron al estrellarse contra la plaza fueron rematados por los husitas furiosos.

Como os podéis imaginar, la cosa no acabó aquí. De hecho, la defenestración fue el inicio de una larga guerra de religión que duró 15 años y que acabarían perdiendo los husitas. Un dato curioso es que los habitantes de Praga debían recordar con cariño lo de defenestrar gobernantes, porque lo volvieron a hacer 50 años más tarde… y otra vez en 1618.