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Magdalena Martín, la última 'chica del cable': "El trabajo era muy bonito, pero no podíamos salir de casa"

Con motivo del estreno de la última temporada de 'Las chicas del cable', Netflix ha querido hacer un homenaje a la última 'chica del cable'.

Magdalena Marín, la última ‘chica del cable’: "Mi vida era muy distinta a la de las chicas del cable de la serie"

Magdalena Marín, la última ‘chica del cable’: "Mi vida era muy distinta a la de las chicas del cable de la serie"

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Madrid

Con motivo del estreno de la última temporada de ‘Las chicas del cable’, Netflix ha querido hacer un homenaje a la última ‘chica del cable’ de nuestro país. Ella es Magdalena Martín y vive en Polopos, un pequeño pueblo de Granada donde trabajó como teleoperadora.

En la fachada de su casa puede verse ahora una placa conmemorativa como reconocimiento a su trabajo. Además, han instalado una centralita telefónica, que es una réplica de la que tenía cuando era teleoperadora. Para Magdalena, este obsequio ha sido una gran sorpresa: “llamaron a mi hija, a mí no me dijeron nada hasta el día que vinieron aquí (…) yo estaba flipando”.

Magdalena se ha asomado a ‘La Ventana’ para desvelarnos los entresijos de su trabajo como 'chica del cable': “El trabajo era muy bonito, pero no nos podíamos separar de la centralita”. Asegura que su vida “era muy distinta a la de las chicas del cable de la serie”. A raíz del homenaje que recibió en su pueblo, nos ha contado que ha visto algunos capítulos de la serie de Netflix: “refleja un poco de lo que yo viví (…) Ellas tenían sus vacaciones, sus horarios, pero aquí ni vacaciones ni horarios, no podíamos salir de casa”.

A pesar del sacrificio que podía suponer a veces, recuerda con emoción algunos de los momentos que vivió como teleoperadora: “me llamó una chica que había dado a luz; yo tenía que avisar a su madre para que acudiese a recibir la llamada de su hija pero sin contarle nada”, recuerda Magdalena, como una de las llamadas más felices de aquella época.

En 1988 Telefónica decidió eliminar la última centralita que existía en España. Para Magdalena, su carrera profesional como ‘chica del cable’ llegaba a su término, pero esto no impidió que ella lo viviera con ilusión. El pueblo de Polopos se volcó en una gran fiesta y ella también tuvo su protagonismo.

 
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