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Unas elecciones marcadas por el rechazo al colectivo LGTBI

Este domingo se celebran elecciones presidenciales en Polonia y la campaña anti-LGTBI del presidente Duda ha copado el debate político

El presidente polaco y candidato al presidente del principal partido, Andrzej Duda / Wojtek Jargilo (EFE)

El presidente polaco y candidato al presidente del principal partido, Andrzej Duda

Madrid

A las siete de la mañana se han abierto las urnas de los colegios electorales en Polonia, que hoy celebra la segunda ronda de las Elecciones Presidenciales. La presidencia del país durante los próximos cinco años está entre dos candidatos. Por un lado, Andrzej Duda, el candidato ultraderechista apoyado por el partido Ley y Justicia, y el candidato de la centro-derecha, Trzaskowski. Y, según los sondes, llegan prácticamente empatados. "No se sabe qué va a pasar en las elecciones, porque Trzaskowski está unos puntos por encima, pero siempre dentro del margen de error", afirma Piotr Zagorski, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.

Durante toda la campaña, el presidente Duda ha elegido una agenda anti-LGTBI. Es un nuevo capítulo de su discurso populista. Y no es nuevo, porque en 2015 también lo hizo. Aunque, en ese momento, con los inmigrantes, coincidiendo con la llegada de refugiados. "Tratan de movilizar los miedos. Ahora han cambiado las cosas, porque el rechazo a los inmigrantes ya no atrae tanto voto. Pero parece que, desgraciadamente, los ataques al colectivo LGTBI sí", indica Zagorski.

El papel de la Iglesia polaca

Según Zagorski, toda esta campaña está orquestada por la Iglesia polaca. "La sociedad polaca es muy religiosa. Poco a poco se está secularizando, pero hay muchas zonas, sobre todo del este y el sur, donde el cura sigue siendo la autoridad moral". Desde la Iglesia, los ataques al colectivo LGTBI también han sido constantes. Por ejemplo, el arzobispo de Cracovia ha llegado a decir que "los homosexuales son una plaga". Y desde el gobierno, las posiciones son muy parecidas. El presidente Duda critica la supuesta "ideología LGTBI" que impera en Occidente. Y ha afirmado que el colectivo es peor que el comunismo.

El resultado de toda esta campaña es, entre otras cosas, la creación de las llamadas "zonas libres de LGTBI". "Es algo simbólico, que se ha establecido en zonas del este y sur de Polonia: zonas muy rurales y católicas -sostiene Zagorski-. Lo que impiden, por ejemplo, en palabras de los organizadores es que no pueda celebrarse ningún tipo de actividad que difunda esta ideología LGTBI". En Polonia, solo un tercio de la población acepta el matrimonio homosexual. Y solo muy pocas personas están a favor de que estas parejas puedan adoptar niños.

Es evidente que existe una vulneración de los derechos de la comunidad LGTBI en Polonia. Sus libertades se están coartando, pero desde el colectivo se han puesto en marcha una serie de acciones: han tomado las calles en unas movilizaciones que han sido respondidas con enorme rechazo entre ciertos sectores de la sociedad polaca. Sobre todo de aquellos más vinculados al mundo religioso, que gritaban "pedófilos" a los asistentes a las manifestaciones. El colectivo LGTBI es, sin embargo, solo uno de los grupos sociales que está viendo sus derechos vulnerados en Polonia.

Las consecuencias desde la Unión Europea

Porque el presidente Duda también ha puesto en marcha una campaña en contra de los medios que critican su gestión. En un émulo de Donald Trump, Duda considera que el problema está en los medios privados, cuyos fondos proceden de otros países. "Estos medios cuentan con capital alemán o estadounidense. Y lo que defiende Duda es que esos medios juegan en contra de los intereses de los polacos", reconoce Zagorski. No se permite la crítica dentro de los medios de comunicación, y como explica Zagorski, "en el último debate, por ejemplo, Duda organizó uno propio sin periodistas". Y solo lo emitió la televisión pública, que está controlada por el gobierno polaco.

Las libertades están en peligro en Polonia y, como sentencia Zagorski, "el país está en una senda de deriva antidemocrática". Si Duda sale reelegido, el ataque a los derechos fundamentales de la Unión Europea podría traer consecuencias. Ya existe un precedente: ante la deriva autoritaria del gobierno de Hungría, Bruselas decidió activar el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea. Y esto lleva aparejado una reducción (o, incluso, un corte total) de los fondos que recibe el país. En el caso de Polonia son más de 100 millones de euros los que están en juego.

"Para algunos sectores sociales, esta acción sería la esperanza para recuperar la senda democrática. Pero sí es verdad que la oposición tiene un papel muy complicado en este tema, porque es fácil que el gobierno de Duda acuse a cualquier político que apoye la aplicación de este artículo de que va en contra de los intereses de Polonia", concluye Zagorski. A las ocho de la tarde cierran las urnas y, si se cumplen las encuestas, se pondría punto y final a la deriva autoritaria de Duda. Aunque de seguir en el cargo y aplicarse el artículo 7, no tendría consecuencias reales, más allá del simbolismo. Porque se exige unanimidad entre los 27 para poner en marcha el artículo 7 del Tratado, y la Hungría de Viktor Orban ya ha avisado de que apoyará a Polonia.

 
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