La pandemia incrementa el odio contra las personas sin hogar
Davide nos cuenta su experiencia viviendo en la calle durante ocho años y denuncia que con la llegada del calor la gente se preocupa menos por los sintecho. El consejo que da a quienes lo pierdan todo por la COVID es "que no pierdan la esperanza, de la calle se sale"
Punto de Fuga: 'Las plagas del capitalismo' (03/07/2020)
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Josep, Fran, Antonio y Davide han vivido en la calle y durante los últimos diez años han compartido su historia cada lunes a través de la cuenta de Twitter Plácido Moreno. En casi 5.000 mensajes han relatado su día a día y el de otros compañeros en su situación.
Davide, de Barcelona, se unió hace tres años atraído por la posibilidad de sensibilizar sobre la situación de la gente que está en la calle. “Me encuentro bien, hace un año que salí de la calle”, nos cuenta. Está en un piso de protección y todavía está recuperándose de sus ocho años en la calle.
Durante todo este tiempo la pregunta más habitual que han recibido es la de por qué muchos sintecho renuncian a acudir a dormir un albergue. “Hay muchas circunstancias y cada uno tiene sus problemas diferentes”, explica Davide. “Los albergues tienen muchas normas, no puedes entrar con perros, tienen horarios… entonces no todos están de acuerdo con estas normas”. Pero insiste en que quedarse en la calle no significa querer vivir en la calle.
'La pandemia incrementa el odio contra las personas sin hogar'
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La pandemia de coronavirus ha aumentado el peligro para ellos. “Lo tocas todo, te sientas en un banco, te tienes que buscar la vida para comer porque está todo cerrado”, recuerda. Si ya habitualmente se sienten invisibilizados, desde la COVID han visto crecer la falta de solidaridad y la violencia contra ellos.
El frío es uno de sus peores enemigos en la calle, sin embargo “en invierno la gente es más solidaria” porque empatizan más con la situación de los sintecho. Davide asegura que en verano con el calor dormir en el suelo es igualmente muy difícil.
Cuatro asesinatos en Barcelona durante la pandemia
Desde el colectivo han luchado para que la RAE incluyera la palabra ‘aporofobia’ (el miedo a los pobres) en el diccionario. “En la calle hay mucha violencia”, denuncia Davide. Durante la pandemia ha habido cuatro personas que viven en la calle asesinadas en Barcelona. Por eso pide que el agravante de odio a los pobres se incluya también en el código penal. “Siempre ha existido la violencia contra la gente más vulnerable”, lamenta, pero durante la pandemia ha crecido, cree, “porque la gente estaba más nerviosa”.
Davide está convencido de que la crisis económica derivada de la pandemia va a empujar a mucha más gente a vivir en la calle. A todos ellos les daría un consejo: “que no pierdan la esperanza y luchar cada día porque de la calle se puede salir, con paciencia y con ayuda de los demás”.
La vida en la calle le ha hecho valorar las pequeñas cosas. “Yo me agachaba cuando encontraba un céntimo en el suelo”, recuerda Davide, y mucha gente no sabe valorar nada. “Hay muchos jóvenes que no tienen valores”, lamenta, lo que a veces provoca violencia contra la gente que vive en la calle. Pero también ha encontrado mucha gente buena. “Nunca me faltaba la comida. En una panadería lo que se iba a ir a la basura me lo daban a mí”.