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#KILOSDESOLIDARIDAD | 'Es hambre, no son ganas de comer'

María Cid, directora de Fundación Solidaridad Carrefour: "Nos puede pasar a cualquiera de nosotros"

Entrevista a María Cid, directora de la Fundación Solidaridad Carrefour: "Es hambre, no son ganas de comer"

Entrevista a María Cid, directora de la Fundación Solidaridad Carrefour: "Es hambre, no son ganas de comer"

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Alcobendas

‘Para muchos críos, es el biberón o la papilla o no es nada. Literalmente hablamos de hambre, no de ganas de comer, o de preferir esto o aquello’. Es la realidad constatada por la Fundación Solidaridad Carrefour desde el comienzo de las crisis y que nos ha contado su directora, María Cid, con la que hemos compartido esta tarde en La Ventana dentro de la campaña de donación de alimentos #KilosDeSolidaridad.

Una edición especial desde el hipermercado Carrefour de Alcobendas, uno de los 200 grandes centros que desde ayer y hasta el próximo domingo participan junto con Cruz Roja en una gran recogida de alimentos para las familias afectadas por la crisis del coronavirus.

La Fundación lleva casi veinte años participando junto con Cruz Roja en un convenio de respuesta rápida en emergencias sociales. Han estado presentes en desastres naturales, como el terremoto de Lorca, accidentes como el de Spanair, atentados como el del 11M, inundaciones, naufragios masivos de pateras. Sin embargo, la dimensión cuantitativa y sostenida en el tiempo de esta crisis rebasa todo lo vivido hasta ahora. ‘La gente lo ha pasado y lo está pasando muy mal. Campañas como estas nos recuerdan que un revés te puede cambiar la vida de un día para otro y que nos puede tocar a cualquiera de nosotros en un momento dado’, ha explicado la directora de la Fundación Solidaridad Carrefour.

‘Durante estas semanas he recibido miles de e-mails de personas que no sólo me pedían ayuda de alimentos sino que en muchas ocasiones simplemente preguntaban qué hacer o dónde dirigirse, porque nunca se habían visto en una situación igual. Mucha gente ha querido buscar terceras vías y ni siquiera contarlo a familiares suyos para no angustiarles más’, ha contado Cid.

Frente a eso, el mensaje esperanzador es que la solidaridad sigue llegando. ‘Creo que España se ha revelado como un país con una gran conciencia social, en el que se ayuda al de al lado. Simplemente hay que ponerlo fácil, porque a veces, aún queriendo, no sabemos cómo hacerlo para poder colaborar. Y quede claro que esto no es una cuestión de buenismo, es una cuestión de corresponsabilidad’.

En ese esfuerzo resulta vital el trabajo de los voluntarios tanto de Carrefour como de Cruz Roja embarcados en esta campaña. Voluntarios como Antonia Martínez, empleada de Carrefour desde hace 34 años en el hipermercado San Pablo de Sevilla, el segundo más antiguo de España. Tras acabar su jornada a las 15.30h de la tarde, ha cambiado su uniforme por la camiseta de #KilosDeSolidaridad para continuar echando horas de su tiempo libre en esta recogida de alimentos.‘La reacción de los compañeros y de la gente está siendo muy emocionante. Cade uno aporta lo que puede, pero las bolsas y los carros se van llenando‘, nos ha contado a pie de caja.

Entre quienes están demostrando más solidaridad están los más mayores, uno de los colectivos más golpeados por esta pandemia. ‘Vienen muchos jubilados, a los que no les sobra pero que quieren colaborar. Hace un rato vino una pareja de pensionistas que traían dos paquetitos de arroz. Me han dicho que no podían dar más, pero que esperaban que sirviera al menos para que una familia tenga una comida caliente’, nos ha contado María Cid.

Los hipermercados, las tiendas de barrio o las galerías de alimentación de toda España se han convertido en auténticos termómetros para medir la dimensión de una crisis a la que muchos no ven aún una salida al final del túnel. Por eso es necesario que esa solidaridad se mantenga en el tiempo y no se olvide con la entrada en la ‘llamada nueva normalidad’.

Es el mensaje que nos ha trasladado de Rocío Ledesma, coordinadora social del Comedor de Pobres de Salamanca. El pasado 4 de mayo hablamos con ella en La Ventana a raíz de una campaña que bajo el nombre ‘El hambre no se confina’ hacía un llamamiento de ayuda para poder dar de comer a familias sin recursos. En apenas unos días de atender a unas 80 personas diarias habían pasado a más de 200 que hacían cola para llevarse un táper con comida.

Hoy hemos querido volver a hablar con ella para ver en qué punto se encuentran. ‘Ya me gustaría decir otra cosa pero la situación lejos de mejorar ha empeorado. Ahora atendemos ya a unas trescientas personas al día, estamos desbordados. El tiempo pasa, los pequeños ahorros se agotan, el empleo no vuelve y los negocios no reabren. La situación de muchas personas es cada vez más desesperada. Por eso pedimos a la gente que no se olvide, ahora que llega el verano. Esta es una carrera de fondo y por ahora no vemos el horizonte’.

 
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