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Un mal día lo tiene cualquiera

La atroz venganza nazi frente al asesinato de Reinhart Heydrich

Cuando la noticia de la osadía de los checos llegó a oídos de Adolf Hitler, el führer quería una retribución tan inmediata como dolorosa

La brutal venganza nazi

La brutal venganza nazi

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La mayor gesta de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial la protagonizó un comando checo que consiguió liquidar a Richard Heydrich, el comandante de las SS, la organización más temida y poderosa del aparato de represión de los nazis alemanes. Los checos atacaron a Heydrich en su capital, Praga, en un atentado que a punto estuvo de fracasar.


La pistola de uno de los atacantes se encasquilló y solo la reacción de otro de ellos, que lanzó una granada al interior del vehículo del nazi, consiguió que este resultara gravemente herido. Heydrich probablemente hubiera podido sobrevivir si no hubiese sido por su insistencia en ser tratado por médicos alemanes, pero el 4 de junio, 8 días después del atentado, murió debido a una infección de la sangre.


Cuando la noticia de la osadía de los checos llegó a oídos de Adolf Hitler, el führer quería una retribución tan inmediata como dolorosa. Después del funeral de estado que brindó a Heydrich, acabó desestimando su idea de exterminar a todos los checos y escogieron a una población en particular como expiadora de la afrenta nacional. El sitio escogido fue Lidice, un pueblo de unos pocos cientos de habitantes al noroeste de Praga.


El 9 de junio de 1942, las SS reunieron a todos los habitantes de la ciudad. Al día siguiente, 172 hombres fueron disparados, mientras que las mujeres fueron enviadas al campo de concentración de Ravensbrück, donde la mayoría murió. Los 90 niños del pueblo, después de ser considerados “racialmente puros”, fueron adoptados por alemanes y educados como tales. Una vez completado el vaciado del pueblo, las SS lo quemaron y dinamitaron. El pueblo fue reconstruido después de la guerra, pero en un emplazamiento cercano al original, que se conservó como recordatorio de la barbarie nazi. Los héroes que mataron a Heydrich, por cierto, se suicidaron antes que entregarse a los nazis.

 
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