El sigiloso saqueo de los vándalos en Roma
Los vándalos se emplearon a fondo en el saqueo, que duró quince días y que vio cómo los invasores se llevaban una cantidad inmensa de oro, plata y objetos de valor
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El sigiloso saqueo de los vándalos en Roma
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Pasar a la historia como sinónimo de destrucción incívica puede no parecer muy atractivo a nuestros ojos, pero es probable que a nuestros protagonistas de hoy les hubiera importado tirando a poco. No fueron ellos los que tuvieron un mal 2 de junio: fueron los romanos. Porque fue ese día, en el año 455, cuando recibieron a unos visitantes que no olvidarían: los vándalos.
Los vándalos, que habían cruzado Europa de norte a sur y de este a oeste para asentarse en Hispania en el siglo V, fueron desplazados de estas tierras por los visigodos, y se fueron aun más al sur para conquistar los territorios romanos que hoy conocemos como Marruecos y Argelia.
Su líder, Genserico, había aceptado una posición de federado del Imperio Romano, pero cuando murió Valentiniano, el emperador con el que había llegado a este acuerdo, consideró que esto le daba rienda suelta para atacar la capital imperial. Así que embarcó a sus hombres hacia Italia y los dirigió a Roma. Poco antes de su llegada, los ciudadanos romanos asesinaron al nuevo emperador, contribuyendo al caos y la indefensión generalizada.
Los vándalos se emplearon a fondo en el saqueo, que duró quince días y que vio cómo los invasores se llevaban una cantidad inmensa de oro, plata y objetos de valor. Lo curioso es que esto parece contradecir su entrada en los diccionarios del mundo como portadores de “destrucción y barbarie”. Porque sí que se llevaron un buen botín, pero dejaron la ciudad intacta.