Dos meses confinado en un hotel de lujo: "El día de grifos no es tan divertido"
Daniel Ordóñez, director de ingeniería del hotel W Barcelona lleva desde el pasado 17 de marzo, viviendo en el hotel y comprobando el estado del equipo técnico

Dos meses confinado en un hotel de lujo: "El día de grifos no es tan divertido"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
Estos días, se podía leer en The New York Times un artículo que comenzaba así: "Cada cinco días, Daniel Ordoñez abre 1.400 grifos en un hotel frente al mar aquí en Barcelona"
En ese hotel, el W de Barcelona, situado en la misma playa de la ciudad, lleva Daniel Ordóñez, director de ingeniería del hotel, confinado desde el 17 de marzo. Más de dos meses en los que ha asumido la comprobación del equipamiento del hotel para que no se estropee.
"El hotel se ha dejado como si estuviera en hibernación, y yo estoy comprobando que la maquinaria está bien", comenta Daniel, quien explica que el protocolo de abrir los grifos es para evitar la legionela. "Es una bacteria que se genera en el agua cuando se queda estancada", dice el director de ingeniería del hotel. Por ello, cada cinco días, abre uno a uno los 1.400 grifos del edificio. Una tare que le ocupa todo el día.
Los días que no tiene que revisar los gripos, hace "ronda por todos los equipos técnicos", revisa que los parámetros de la piscina están bien, pinta o arregla problemas eléctricos.
Daniel dispone también de la cocina industrial del hotel, reconoce que no es muy "cocinitas", tira de cosas sencillas y el gimnasio lo aprovecha para recuperarse de una lesión. Él duerme en la planta 24, de las 26 que tiene el hotel, tiene vistas privilegiadas a la ciudad condal y reconoce que hay gente que le dice que qué envidia. Eso sí, cuando hay "día de grifos no es tan divertido".