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'Parking', amor, huida y sueños en la marginalidad

El director Tudor Giurgiu dirige esta coproducción hispano-rumana inspirada en hechos reales. La historia de un joven inmigrante que sueña con ser poeta y vivió en una autocaravana en un parking de Córdoba durante más de un año

Belén Cuesta, Luis Bermejo y Ariadna Gil son algunos de los protagonistas de la cinta que se puede ver en Filmin

Mihai Smaranchade y Belén Cuesta, protagonistas de 'Parking' / FILMIN

Madrid

En 2002 Marin Malaicu Hondrari llegó de Rumania a Córdoba con lo puesto. Sin dinero y sin hablar español, este joven rumano encontró trabajo de guarda en un concesionario en las afueras de la ciudad. Una autocaravana se convirtió en su casa y ahí pasaba las horas vigilando coches y escribiendo, su auténtica pasión y la razón por la que había venido a España, para poder leer a autores como Roberto Bolaño.

De esta historia real y una novela posterior, ‘Cercanías’ en su título en castellano, surge Parking, la cuarta película del director rumano Tudor Giurgiu, una mirada diferente a la inmigración en la que también expone el drama humano y los prejuicios. El actor Mihai Smaranchade interpreta a Adrián, este joven solitario y soñador que busca en su mundo interior a través de la poesía. Todo cambia cuando una noche de San Juan conoce a María. Belén Cuesta interpreta a esta mujer también en busca de retos y cambios en su vida. La pasión entre ambos trastocará la tranquila vida de Adrián en un concesionario en quiebra que regenta el personaje interpretado por Luis Bermejo, metido en chanchullos

Ariadna Gil da vida a la mujer de este empresario, ambos inspirados en personajes reales, que se interesa por los versos y las preocupaciones del joven escritor. El relato humaniza y cambia la imagen que de muchos inmigrantes ha mostrado el cine, pero también retrata las trampas de la integración, los prejuicios integrados y las condiciones de una relación basada en la obediencia y la sumisión. Más allá del amor y la denuncia social, Parking es una historia cargada de ternura y amargura sobre los sueños, la nostalgia -incorpora fragmentos de su juventud en Rumanía-, el fracaso, los miedos y las decisiones que marcan a unos personajes a la deriva y aplastados por la realidad.

Luis Bermejo y Ariadna Gil en 'Parking'

Luis Bermejo y Ariadna Gil en 'Parking' / FILMIN

Entrevista a Ariadna Gil

¿Cómo lleva una actriz la cuarentena y esta crisis del coronavirus?

A ratos, como todo el mundo, vas pasando por altibajos. Por suerte bien porque la familia y las amistades más cercanas están bien. Con preocupación, hay momentos más buenos, momentos más raros, es extraño, pasan las semanas muy rápido y a la vez muy lentas. Deseando que todo mejores cuanto antes.

¿Cómo te llega este proyecto de ‘Parking’? Y además tu personaje está inspirado en una mujer real, ¿cómo ha sido interpretarlo?

La película está basada en una novela que escribió un autor rumano que vivió durante unos años en España. Ahora vive en Rumanía de nuevo, pero pasó mucho tiempo aquí. El guión está basado en esta novela autobiográfica que se titula ‘Cercanías’. Es la historia de este hombre, un escritor, poeta, que un buen día decide irse a España a vivir para aprender español porque le gustaba mucho Bolaño y otros escritores, para poder leerlos de una forma un poco romántica. Es una emigración que no es por necesidad. Llega a España a principios del año 2000 como un inmigrante ilegal y entonces se busca un poco la vida, se va al sur y acaba haciendo de vigilante en un parking por las noches. Es el mismo parking donde hemos rodado la película, pasó un año y medio en ese lugar, aprendiendo español, buscándose la vida. Y ahí conoce al dueño de ese parking, que es un persona que existe, y a su pareja. El personaje que interpreta Luis Bermejo es el dueño y yo interpreto a la pareja de él. No es exactamente la experiencia personal de ellos, pero está basado en unos personajes reales. El dueño del parking estaba en el rodaje, vinieron a verlo porque siguen siendo muy amigos con el autor. Les conocí al final del rodaje, no es que se tuviera que imitar, los personajes están inspirados y el guion va a por otro lado.

Es una película que habla de inmigración, quizás desde un punto diferente al que cine la ha tratado, pero sí está ahí ese drama humano y la marginalidad

Él hace este viaje por una crisis más bien personal y por otro tipo de búsqueda. Pero, claro, pasa a ser un inmigrante ilegal con todo lo que eso conlleva. De alguna forma también se mezcla esa crisis y esa búsqueda de aislamiento o huir hacia otro lugar que tiene el personaje con la realidad de un país y de un inmigrante que se encuentra con ese desamparo, esa soledad y esa vida marginal.

Hay una cosa muy interesante en la película. Dentro de la relación del dueño y el inmigrante, que es sana y bondadosa, surge la tensión cuando ese joven se permite soñar y piensa en emanciparse frente a la obediencia

Sí, a mí lo que me interesó es que todo tiene varias caras. Esta relación que tienen profesional pero también de amistad, de ayudarse, pero también al final hay ahí un lado oscuro. Y el escritor cambia cuando conoce a esta chica, se enamora y le da una nueva dimensión a su vida. También le despierta un poco sobre el tipo de situación que está viviendo. Este personaje busca otra cosa, salir de su vida, esa huida… Es una cosa que al final tienen todos los personajes. También el de Luis Bermejo y el mío. Tienen ese deseo de salir de esa realidad en la que viven y soñar de otra manera. Mi personaje, que es más realista, es muy bondadoso pero también confía en que las cosas puedan ser de otra manera. Luego la realidad les aplasta.

Es una película pequeña que ha pasado por varios festivales, ahora se estrena directamente en Filmin, en una plataforma. En esta cuarentena, hay mucha gente que está conectando con un cine de autor gracias al streaming que de otra manera sería más difícil que llegaran al público, ¿crees que es positivo o perjudicial a largo plazo?

En esta situación creo que hay también que sacar lo mejor, miras las cosas buenas que nos está trayendo está situación. Tenemos más tiempo, vamos un poco más al fondo de las cosas, tenemos tiempo para no ir solo a la superficie. Al menos por mi experiencia y con la que gente con la que hablo. El ratito que tienes para hacer algo, lo haces de verdad, las pelis que vas viendo o las series que salen. De repente puedes ver películas antiguas o películas que se están estrenando más pequeñas. Es una oportunidad. No creo que sea lo ideal porque la situación para el cine de no poder exhibirlas en salas es tremenda, ya era difícil antes, así que se puedan ver está bien. No es lo ideal, ni que los festivales sean online, porque se pierde la experiencia de verlas en pantalla y de otra manera. Pero la gente está acostumbrada a ver las cosas en su casa cuando quiere y es una salida.

Ahora estás haciendo más teatro, ¿cómo llevas tu relación con el cine y las series? ¿Hay más oportunidades?

Ahora se ve todo muy negro. Supongo que la tele es lo único que se puede pensar que siga existiendo. Ahora es todo muy extraño. Estoy haciendo más teatro, iba a ensayar una cosa que ahora no sé, tienes una sensación muy extraña. Incluso la pregunta parece que es de un tiempo atrás. Se pueden hacer series, pero ahora piensas en cómo se van a rodar, cómo van a ser esas historias, cómo se modifica los que se va a contar… En teatro también todo se está haciendo pequeño, menos personajes, limitada las historias. Surgirán nuevos inventos, supongo. Se seguirá haciendo, pero veremos. La televisión es lo que parece que tiene más salida a corto plazo, pero espero que podamos recuperar el cine y el teatro de la mejor manera también.

 
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