¿Qué hay de lo mío?
No hubiera costado nada que a continuación del presidente hubiera aparecido alguno de los ministros a contarnos detalles sanitarios y responder a preguntas concretas

Madrid
Era inevitable la pregunta cuando acabó Pedro Sánchez: ¿Qué hay de lo mío? Porque el plan de suavizar el estado de alarma y los confinamientos tiene buena pinta, o al menos un aspecto razonable, pero las concreciones son pocas, que no hubiera costado nada que a continuación del presidente hubiera aparecido alguno de los ministros a contarnos detalles sanitarios y responder a preguntas concretas, que el respetable lo que quiere saber es si puede ir a ver a su nieto, por poner un ejemplo que conoce bien este Ojo.
Las cuatro condiciones que ha expuesto Sánchez, gradual, asimétrica, coordinada y adaptable, apuntan a una cautela sensata.
Lástima que tengamos esta oposición en las derechas y los nacionalismos, incapaces de hacer una crítica razonable a las medidas, que nos ayudaría a todos, y no los exabruptos de los García Egea, Espinosa de los Monteros y tutti cuanti.
Museo: Bieito Rubido, director de ABC: "Este Gobierno de evidente impericia, no solo nos ha secuestrado la vida, sino que nos va rapiñando las escasas virtudes que a la democracia española le quedaban".