Un caballero tranquilo
Madrid
Murió ayer el gran cronista de la guerra civil en el Madrid asustado de entonces, Juan Eduardo Zúñiga. Como Cortázar, murió el 24 de febrero, a los 101 años y un mes. Desafió, en el tiempo de la obligación del realismo, los géneros y los estilos para hacer de la prosa un monumento a la poesía de la libertad de contar, y dejó el testimonio de una sociedad a la que el pavor de la sangre no le quitó la ansiedad por amar y superar la tristeza abrumadora de la época. Era, además, un ser delicado, un caballero tranquilo, un tipo estupendo.