Un hueco en el corazón
Madrid
Hemingway escribió de una mujer una frase que no olvido: “Conoció la angustia y el dolor pero no estuvo triste una mañana”. Conocí a personas así y ayer murió en el Puerto de la Cruz una de ellas. Era Rafael Cobiella, médico de niños, el hombre más alegre que conocí, y el más generoso. Tomaba en clase apuntes para los amigos enfermos. Daba buenas noticias y cuando tenía que darlas malas buscaba que hubiera en todas un ángulo de esperanza. Era el amigo de todo el mundo y deja en los corazones un hueco que se parece a la angustia que él siempre combatió riendo.