Zufre, una historia de muerte y supervivencia
16 mujeres y 5 hombres fueron asesinados en 1937 en este pueblo de Huelva pero, aquel 4 de noviembre, iban a ser asesinadas muchas más personas
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Zufre
4 de noviembre de 1937. Es un día nublado y los vecinos de Zufre saben que sucede algo extraño. Desde primera hora, efectivos de la guardia civil, militares y falangistas ocupan las calles. Han rodeado las escuelas y hay camiones en la puerta. Donde antes iban al colegio los niños y las niñas del pueblo, llevan meses detenidos decenas de hombres y mujeres que la nueva corporación fascista ha decidido castigar. Son las mujeres, los hijos, las madres de quienes llevan meses escondidos en la sierra de Huelva. Huyeron del pueblo antes de que fuera ocupado y no han conseguido arrestarles, pero sus familias se quedaron.
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Cada mañana, los más pequeños de cada casa llevan el desayuno a sus padres y a sus madres a la prisión, pero esta vez, no les dejan pasar. Alguien les dice que van a ser trasladados a Aracena para declarar. Sin embargo, momentos antes de que aquellos vecinos se alejen subidos en camiones, atados de dos en dos con alambres en las manos, se viven escenas de despedida. Lo que sucede a partir de entonces es una historia de muerte y supervivencia, pero también de largos silencios.
Muchas mujeres fueron rapadas y paseadas por las calles, mientras otros vecinos fueron detenidos y sometidos a largos interrogatorios
Ese silencio se percibe nada más llegar a Zufre. “Yo no sé nada. No preguntes. Aquel fue un día criminal. Eso fue hace demasiado tiempo…” Dos cosas son ciertas, preguntamos por algo que sucedió hace 83 años y, aquel día, hace que resurjan recuerdos traumáticos de la historia reciente de este pueblo de Andalucía occidental. Lo percibimos en que, las puertas de las casas del pueblo se cierran a nuestro paso, y también en la mirada de las personas más mayores del pueblo con las que conseguimos hablar. Cuando no brota el llanto al preguntarles por aquel día, trasluce en sus ojos una mezcla de tristeza y dolor.
Los relatos que recogemos nos ayudan a comprender. Hablan de cómo el pueblo fue ocupado de forma violenta, de cómo muchas mujeres fueron rapadas y paseadas por las calles después de darles aceite de ricino, de cómo muchos vecinos fueron detenidos y sometidos a largos interrogatorios que terminaron en procesos sumarísimos disfrazados de justicia que desembocaron, a su vez, en años de prisión o condenas cumplidas en campos de trabajo forzoso y, en muchos de los testimonios que recogemos, el desenlace es la muerte, el asesinato en algún camino o en las tapias de un cementerio. Uno de esos finales coincide con aquel 4 de noviembre. Aquel día fueron asesinadas 16 mujeres y 5 hombres en Higuera de la Sierra, un pueblo a solo 12 km de distancia. Lo sorprendente es descubrir que, ese mismo día, iban a morir muchas más personas, y alguien, se interpuso en el camino de los verdugos.
Esta es la historia que les contamos en este episodio de Vidas Enterradas, una historia en la que alguien decidió que, en medio de la muerte y la barbarie, se impondría la vida. 47 personas pudieron regresar a sus casas y volver a abrazar a quienes aquella mañana se despidieron de ellos pensando que nunca más volverían a verles. Raquel Almodóvar es la antropóloga que nos permite completar esta historia a través de su investigación en el libro: '4 de noviembre. Una historia (des)narrada de la Guerra Civil en Zufre'.