'Sinónimos', el joven que reniega del totalitarismo israelí
Después de los Óscar la cartelera da paso al cine de autor, 'Sinónimos' es la ganadora de la Berlinale del pasado año, un desgarrador retrato sobre la identidad del israelí Nadav Lapid
El Cine en la SER: 'Sinónimos', el joven que reniega del totalitarismo israelí (14/02/2020)
01:17:08
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Madrid
Después de los Óscar la cartelera da paso al cine de autor, Sinónimos es la ganadora de la Berlinale del pasado año, un desgarrador retrato sobre la identidad del israelí Nadav Lapid. Y, por supuesto, también llegan grandes blockbuster, como Sonic, la película basada en este personaje de los videojuegos de Sega con Jim Carrey. El cine español sigue con la comedia romántica como género predilecto. Hasta que la boda nos separe reúne a Belén Cuesta y Álex García en torno a la organización de una boda. Y en Francia siguen con revisitaciones de grandes personajes como Casanova, con la nueva película de Benoit Jacquot. En cine clásico precisamente vamos a repasar a este personaje a través del cine. Y en televisión hablamos con los creadores y los protagonistas de la serie más peligrosa de la televisión, Vergüenza.
- Estrenos de cine: de 01:00 a 30:00 minutos
- Sucedió una noche: de 31:00 a 55:00 minutos
- Estrenos de televisión: de 56:00 a 80:00 minutos
El Cine en la SER: 'Sinónimos', el joven que reniega del totalitarismo israelí (14/02/2020)
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Sinónimos (Nadav Lapid)
La desnudez es la metáfora que utiliza el director israelí Nadav Lapid para mostrar el punto de partida de Sinónimos. Un joven israelí, fuerte y corpulento, se desnuda en un gran apartamento parisino sin muebles. En ese gesto, no solo deja atrás su ropa, también toda la carga que trae de su país de origen: Israel
Sinónimos es una película que se estrena en España solo en versión original, en francés y un poco de hebreo. La lengua, el idioma, la identidad, es el germen de esta historia. La de este inmigrante, recién llegado a París que quiere olvidar todo su pasado: sus costumbres, su idioma y conseguir algo que parecía fácil, pero no lo es tanto: ser francés
Esta historia con tintes autobiográficos tiene una dura mirada al militarismo de Israel, una sociedad patriarcal donde la violencia y la guerra juegan un papel importante y forjan una masculinidad tóxica. El sexo y el cuerpo son los dos elementos sobre los que se sustenta la obra y esa desnudez de la masculinidad y el patriotismo.
La mirada crítica también se impone sobre el país de acogida. Una Francia que cree ser abierta, progre e integradora, pero que mantiene hacia los que llegan un tono distante y paternalista, el mismo que esa pareja joven guarda con el protagonista, un estupendo Tom Mericer, actor que borda el papel de joven atormentado
Hay muchas secuencias remarcables, bajo la cámara enérgica del director, como las clases de formación cívica necesarias para obtener la nacionalidad francesa, o los recuerdos del servicio militar israelí, obligatorio para chicas y chicos, amenizado con la banda sonora de Pink Martini. Escenas de música, suburbios, discotecas, el Paris de los inmigrantes, el de los jóvenes burgueses, un París que resulta una mezcla entre la mirada de Godard y la del Leox Carax de Holy Motors. Una ciudad que recorre este joven en busca de una identidad y ataviado con un simbólico abrigo amarillo.
Sonic (Jeff Fowler)
Un intento de nuevo blockbuster basado en el personaje de los videojuegos de Sega. Divertida y entretenida, Sonic vivirá aventuras y desventuras cuando conoce a su amigo humano y policía, Tom Wachowski. Sonic y Tom unirán sus fuerzas para tratar de detener los planes del malvado Dr. Robotnik, interpretado por Jim Carrey, que intenta atrapar al erizo azul con el fin de emplear sus inmensos poderes para dominar el mundo.
Hasta que la boda nos separe (Dani de la Orden)
Hay en el cine de Dani de la Orden una constante, anclar cada de sus historias a un tiempo y una generación, contar el amor, la pérdida o los miedos desde personajes reconocibles y situaciones cotidianas. Tras adaptar el drama teatral Litus, el joven realizador regresa a la comedia amorosa, que no romántica, a partir del remake de una película francesa, La wedding planner.
Belén Cuesta interpreta a Marina, esa organizadora de bodas, segura de sí misma, decidida a vivir la vida alejada de cualquier compromiso y con una coraza que la blinde de cualquier sentimiento y sufrimiento. La ganadora del Goya vuelve a trabajar con el director, al igual de Álex García, en el papel de hombre sensible, desorientado e incapaz de afrontar sus líos mentales y sentimentales. La tercera en este triángulo amoroso es Silvia Alonso, la aspirante a novia perfecta.
Una noche de pasión y una boda por accidente son el motor de esta comedia de enredo que desmonta el ideal romántico de las películas americanas de los 90. Y lo hace dotando a sus personajes, dentro de las necesidades de la ficción, de mayor realismo y patetismo. Lo interesante de su propuesta es que el amor no es aspiracional, es accidental, no se puede programar ni marcar como expectativa
"Esta no es una comedia romántica, es una anticomedia romántica, no estás deseando que acabe bien. Es una película que te muestra la realidad sobre el amor y en las comedias de los noventa te mostraban lo que tenía que ser el amor, lo que es un fake absoluto". Comparte Álex García ese espíritu del cine de Dani de la Orden, una capacidad especial para captar lo generacional, los estados de ánimo del paso del tiempo, en su caso, de la veintena a la treintena. Los fantasmas de la estabilidad, el vértigo a no cumplir lo tradicionalmente establecido.
En esa mirada al presente, sus películas también ofrecen, por contraste, un nuevo modelo de hombre. En pleno debate sobre cómo definir la masculinidad en los tiempos del feminismo, los personajes masculinos son inseguros y dubitativos, hombres cuyo reto es verbalizar sus sentimientos. "Estamos más acostumbrados a tapar que a sacar la verdad y eso le pasa a mi personaje. En toda la filmografía de Dani de la Orden los tíos suelen ser muy papanatas y cobardes. Es lo que más me gustaba, porque creo que los hombres en común tenemos algo que ver con eso. Yo soy muy fan de las pelis de Alberto San Juan y Ernesto Alterio, que eran unos pringados, aunque iban de machirulos. Por eso, intento en este personaje abrirme en canal para que vean mi parte más insegura y eso dé pie a la comedia"
Rodada entre Madrid y Tenerife, en esta comedia juguetona, sin demasiada chispa pero efectiva, también participan Adrián Lastra, Mariam Hernández o Ernesto Sevilla, con un fantástico prólogo el daño que nos ha hecho Pretty Woman. Pero son los padres, interpretados por Gracia Olayo y Antonio Dechent, los que se lucen en esta historia amable y entretenida que, además, cuenta con la música de Carolina Durante, la banda que quizás mejor ha sintonizado con la incertidumbre y la falta de certezas de una generación.
El huevo del dinosaurio (Wang Quan'an)
Seguimos repasando más cinematografías. Por ejemplo, la de Mongolia, con una película que también pasó por Berlín, pero que además fue la ganadora de la Seminci de Valladolid. El huevo del dinosario, del director chino Wang Quan'an, que también sabe lo que supone ganar un oso de Oro, lo consiguió con La boda de Tuya. En esta ocasión, lo que propone es una mirada introspectiva a la mujer, a la maternidad, en medio de la estepa mongola con una fotografía y un tempo contemplativos.
Casanova, su último amor (Benoît Jacquot)
En el siglo XVIII Casanova era conocido por su gusto por el placer y el juego. Benoît Jacquot ha contado la historia de la única mujer a la que este libertino no pudo conseguir: Marianne de Charpillon, basándose en el libro de memorias de este personaje, Historias de mi vida.
La película empieza cuando una joven pregunta a su tutor, Casanova, por sus conquistas. El reputado seductor confiesa haber sido amigo de todas, menos de una, y un flashback nos transporta a Londres, donde se vio obligado a exiliarse, 30 años atrás.
En esta ciudad que no conoce, el libertino se topará en varias ocasiones con una joven prostituta, Marianne, por la que se siente tan atraído que olvidará la existencia del resto de mujeres. Él está dispuesto a todo para conquistarla, pero ella no se lo pone fácil. Iniciarán un tira y afloja en el que no sabemos si estamos ante una manipulación interesada por parte de ella, un deseo profundo de ser amada o la continuación de una historia previa. Lo que sí sabemos es que durante meses Marianne hará con él lo que quiere, dejándole siempre con la miel en los labios.
Paradójicamente este Casanova no peca de carne, y convertir al rey de los libertinos en un romántico empedernido no funciona. La historia de la decadencia de este personaje se desarrolla en una atmósfera aburrida, con actuaciones a medias y escenas y diálogos poco interesantes que no aportan demasiado.