Cómo frenar a la ultraderecha

Madrid

Conviene por pura salud mental sacar la cabeza del pringoso lodo catalán y echar un vistazo a las cosas que suceden ahí afuera. Sobre todo si algo nos puede enseñar para afrontar nuestras propias cuitas.

Así que vayámonos hasta Italia para ser testigos de cómo la izquierda –o lo que queda de ella, que tampoco es mucho- ha derrotado al neofascista Matteo Salvini, llámenle cómo les dé la gana los tibios politólogos rigoristas. Porque es un neofascista de libro, y el Ojo se muestra generoso con anteponer ese neo.

Ha perdido Salvini, entre otras razones evidentes, porque la ciudadanía se ha echado a la calle para sacudirse las garras de una política siniestra dispuesta a acabar con la democracia y la libertad. El movimiento contestatario conocido como “las Sardinas” ha llenado las plazas para oponerse a las mentiras populistas del xenófobo líder de la extrema derecha, unido para estas elecciones con el inclasificable Silvio Berlusconi. ¿Hay entonces alguna forma de impedir el paso al similar tándem Vox y PP? Desde luego: con inteligencia, fuerza, valentía y unidad.