Antes de que quiten las luces

Madrid

Han puesto las luces de Navidad y ya lo que nos faltaba era una carrera nacionalista por ver quién tiene los leds más grandes. Es como si en este país siempre cupiera un pique identitario más —ahora, por las bombillas- que quisieran resolver, como resuelven los demás, a base de testosterona. Al alcalde de Madrid le ofende que le comparen con el alcalde de Vigo, porque no se pueden comparar los brillos. Los brillos de los adornos, dice Martinez Almeida.

A ver si el problema político iba a ser un problema de luces. En eso está Almeida, en fin, que quiso acabar con Madrid Central y ahora se prepara para acoger la cumbre del clima. La vida son esas vueltas: a Casado le persigue todo lo que le dijo a Sánchez para que se abstuviera con Rajoy y Sánchez -que se negó a incluir a Iglesias en su Gobierno- acaba de recibir el respaldo de las bases para gobernar con Iglesias.

Del fin de semana se lleva Sánchez la nueva victoria que le ofrece su militancia. Les podría haber preguntado muchas cosas. Preguntar, por ejemplo: ¿no cree que esto lo hubiéramos podido acordar mucho antes? Ahí también habría ganado el sí de calle pero, por lo que fuera, Sánchez dejó la pregunta en lo del Gobierno de progreso, para el que buscará la abstención de Esquerra.

Faltan por saber los resultados de las otras dos consultas, porque después de haber votado dos veces en un año y cuatro en cuatro años se ve que el problema está en que se votaba poco. Son consultas particulares, porque las direcciones intuyen ya de antemano por dónde irá la respuesta. Y si lo que quiere la militancia es, como parece, lo mismo que quiere la dirección, uno se pregunta si preguntan sólo para asegurar o para, de paso, prevenir a algun crítico agazapado, que siempre los hay, de que no tiene mucha vuelta si quieren que haya gobierno antes de que quiten las luces.