Adriana Ugarte: "El territorio de la sensibilidad no es exclusivo de la mujer"
La actriz interpreta a una prostituta catapultada a la jefatura del tráfico de heroína en la Barcelona de los años 60 en la nueva serie de Netflix
Madrid
Adriana Ugarte vuelve a la pequeña pantalla con uno de los papeles más exigentes de su carrera. En ‘Hache’ se pone en la piel de Helena, una prostituta con mucha ambición que escala en el negocio de la heroína en la Barcelona de los años 60. En este thriller con tintes de noir, creado por Verónica Fernández para Netflix, comparte escenas con Javier Rey, que vuelve a ponerse el traje de narcotraficante tras ‘Fariña’.
¿Qué fue lo que más te sedujo de ‘Hache’?
Me sedujo todo. Un primer guion que me pareció una bomba, los directores, la showrunner y guionista Verónica Fernández, y los compañeros con los que iba a poder trabajar, que me parecían muy estimulantes, valientes y generosos. No vi ninguna grieta por la que escaparme de este proyecto, me parecía un regalazo.
La serie está ambientada en la Barcelona de postguerra, de los años 60, en la que interpretas a una prostituta que lucha para sobrevivir. ¿Cómo te preparaste para un papel como este?
Las emociones, los problemas, los sueños, las expectativas… son atemporales. No intento prepararme desde la época, sino a través de los sentimientos y las necesidades del personaje. Lo primero que hice con ‘Hache’ fue sumergirme en el mundo de la prostitución, que era el que me resultaba más ajeno. Tuve la oportunidad de tomar contacto con Hetaria, que es una asociación que lucha por conseguir los derechos de las prostitutas para que por fin puedan tener acceso a la sanidad pública y paguen sus impuestos como cualquier trabajador. Me dieron una visión mucho más compacta, sólida y positiva que la que los ciudadanos tenemos en relación a este trabajo. Eso me ayudó mucho para no construir a un personaje que se dedicara a la prostitución por desesperación o desde la vergüenza, como muchas veces se puede pensar. Se dedica a ello porque lo necesita, pero no victimismo ni indignidad, aunque estemos hablando de los años 60.
Se podría decir que tienes un máster en series de época después de ‘El tiempo entre costuras’ y ‘La Señora’. Sin embargo lo que todas ellas comparten es que tienen un eco muy fuerte del presente. ¿Son un espejo en el que podemos ver los temas que nos preocupan hoy en día?
Esta serie es la más cercana que he hecho de todas ellas. Hablamos de unos años 60 que no nos quedan tan lejos, con la entrada de un elemento importante que es la heroína, cuyos ecos nos llegan a todos los que nacimos en los años 80. Yo soy madrileña y recuerdo ir a Tirso de Molina y ver en la plaza a chavales enganchados. Por eso tiene algo la serie de familiar, de algo que nos ha hecho mucho daño. Es importante que la época no condiciona, solo ayuda a sumergirte en los momentos políticos, el peso de la religión, cuáles eran los valores éticos, qué machismo existía… pero creo que lo que prima es las necesidades de los personajes.
La serie es una idea original de Verónica Fernández, que ha coescrito el guion. ¿Tendría un punto de vista diferente si hubiera sido creada por un hombre?
Nunca soy amiga de separar las sensibilidades o feminismos porque haya sido creada por un hombre o por una mujer. Creo que hay hombres con la misma sensibilidad y con una visión del feminismo y la igualdad, y la importancia de ver a la mujer como una unidad autónoma, independiente y poderosa. El territorio de la sensibilidad no es exclusivo de la mujer.
‘Hache’ es una ficción en la que la ambición es un elemento muy importante, pero también la desigualdad en aquella época. ¿Son dos grandes ejes de la serie?
Es una serie en la que la ambición es uno de los grandes protagonistas. Eran unos tiempos, desgraciadamente, en los que la expectativa del cambio social no existía. No había una conciencia feminista. Helena no vive una desigualdad de género, era un machismo que estaba asumido y aceptado. Es una España que ha estado una autarquía que le ha llevado a ser un país muy pobre. Helena no es un personaje que se vaya a conformar, siempre va a querer más.
Tu personaje vive, sobre todo al principio de la serie, una relación muy tóxica con Malpica, el jefe del negocio de la heroína. ¿Por qué esa agresividad?
Todos en nuestra vida hemos vivido tramas tóxicas porque en ese momento teníamos que pasar por eso. A los personajes les gusta y les pone, es una toxicidad consentida que no les desgasta. Ninguno juega el papel de sumiso, son dos bestias en la cama. A nivel actoral necesitas estar con un compañero generoso y que sea tan kamikaze como tú, como es Javier Rey. No es una serie que favorezca a nivel estético, sino que es muy cruda en todos los sentidos.
Tú que llevas tanto tiempo haciendo series y películas, ¿cómo eliges los proyectos que te van llegando?
Tampoco hay un plan intencionado a la hora de trazar una carrera, lo que te va llegando, que tú estés disponible en ese momento… Guiarte por la intuición, tiene mucho que ver con el azar y nuestra forma de ser, a lo que le damos más importancia. A mí me enamoran los personajes que me lo pongan difícil y que están más alejados de mí.