¿Eurovision es una ONG?
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Madrid
La televisión pública holandesa NPO, organizadora del próximo festival de Eurovisión en Roterdam, ha lanzado una oferta “laboral” para 600 personas, mayores de 20 años que hablen bien inglés, holandés y un tercer idioma, y que conozcan bien la ciudad como para desenvolverse en el transporte público, porque su trabajo será pastorear a las delegaciones participantes. Hasta ahí, todo bien. El chiste viene ahora.
Estos trabajadores a los que se pide jornada completa y flexible, no recibirán ni un euro de sueldo y se tendrán que pagar los viajes y el alojamiento. Ante la indignación suscitada por esta oferta más que precaria, los organizadores, que han llevado muy lejos el concepto ‘eurofan’, han dicho que les darán de comer y de beber. Salvo el fichaje a lazo y el control del trabajo a latigazos, estas condiciones se parecen mucho a las que se daban en los algodonales sureños de EE.UU. hace dos siglos. Y las ofertan los responsables de un evento que verán casi 200 millones de personas, que tiene un presupuesto de casi 27 millones de euros, que genera grandes beneficios y que deja en la ciudad organizadora un río de dinero. O han querido dar la nota o son unos jetas de campeonato.