'El Irlandés': Scorsese cierra el círculo con una crónica melancólica de la mafia
El director vuelve al cine de gángster con un relato crepuscular de todo su cine y vida, un obra monumental sobre la mafia, el poder y el inexorable paso del tiempo que protagonizan Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci
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El Cine en la SER: 'El Irlandés', Scorsese cierra el círculo con una crónica melancólica de la mafia (15/11/2019)
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Madrid
Martin Scorsese estrena ‘El Irlandés’, su crónica final del mundo de la mafia, un relato melancólico y crepuscular de tres horas y media. Al Pacino colabora por primera vez con el director neoyorkino, le acompañan Joe Pesci, Harvey Keitel, y por supuesto, Robert de Niro. A las salas llega también la rivalidad entre Ford y Ferrari con Le Mans 66, una histórica clásica y emocionante que protagonizan Matt Damon y Christian Bale. ‘Madre’ es una de las grandes apuestas del cine español. Rodrigo Sorogoyen apuesta por un drama intimista y psicológico para continuar la historia de su exitoso corto. Y en televisión, nos ponemos las mejores galas ante el estreno de la tercera temporada de ‘The Crown’. Más política, más épica y con la oscarizada Olivia Colman de Isabel II.
- Estrenos de cine y reportajes clásicos: de 01:00 a 55:00 minutos
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El Irlandés (Martin Scorsese)
Martin Scorsese cierra el círculo con una crónica monumental, con un relato crepuscular, con una obra maestra llena de melancolía. Con guion de Steven Zaillan, autor del libreto de la lista de Schindler, Moneyball y también de Gangs of New York, Scorsese adapta el libro de Charles Brandt, en España titulado Jimmy Hoffa. Caso cerrado, en inglés I Heard you Paint houses – he oído que pintas casas- en referencia a los asesinatos encargados por la mafia.
El director vuelve al cine de gánster a partir de la historia de Frank Sheeran, El Irlandés, un excombatiente de la Segunda Guerra Mundial, u camionero ambicioso que recuerda su vida y la misteriosa desaparición de su amigo Jimmy Hoffa, el poderoso sindicalista asesinado en 1975. El hombre y sus circunstancias, tema que ha recorrido su filmografía desde que observaba de niño a la mafia en su barrio, Little Italy. Como director, incorpora todas sus señas de identidad, planos secuencia, imágenes congeladas, narrador, violencia estilizada y un montaje milimetrado a cargo de Thelma Schoonmaker, su inseparable editora.
La película se articula en tres líneas temporales que convergen. Un gigantesco flashback que recorre décadas de sobornos, trapicheos y asesinatos a sangre fría. Todo a través de la memoria de Frank Sheeran, su relación con los mafiosos y uno de los mayores misterios de EEUU, ¿quién mató a Jimmy Hoffa, el hombre que, decían, era más conocido que Elvis y los Beatles?
Pero no solo es una crónica de la mafia, es un relato descomunal de la historia de Estados en la segunda mitad del siglo XX, de los bajos fondos y de las conexiones del poder. De Kennedy, de Nixon, de la crisis de los misiles con Cuba. “Lo que decidí hacer fue traer el personaje a primer plano y hacerlo representante de ese mundo, y ese mundo es un reflejo de un mundo más grande. De hecho, es la historia de Estados Unidos y la televisión está de fondo todo el tiempo. Están hablando de sobornar jurados, de la crisis de los misiles en Cuba… Son cosas que han tenido que ver con nosotros y no sabemos nada de eso. A través de una exploración más profunda de lo que podría haber sido encontramos algo más verdadero”, decía el director en la BBC.
Están todos los temas de su cine, regresa a un universo explorado, pero con otra mirada, la del pesar de la edad. El poder, la corrupción, la lealtad, la traición, la culpa, el remordimiento… Unos personajes reconocibles que combinan de forma salvaje un viaje a la autodestrucción con una profunda espiritualidad. La religión, siempre presente en Scorsese. Ha costado más de una década sacar adelante una película que ningún estudio quería y Netflix se atrevió a financiar. Casi 200 millones de dólares y un largo proceso de posproducción por el polémico uso el rejuvenecimiento digital, técnica que inicialmente sorprende, pero no empaña el desarrollo de la cinta.
Scorsese reúne a muchos de los sospechosos habituales, Robert de Niro, Jose Pesci, Harvey Keitel y suma a Al Pacino, con el que siempre había intentado trabajar y nunca lo había conseguido. Hace 20 años estuvieron a punto de llevar al cine la biografía de Moglidiani pero quedó en eso. Seguidor del universo Scorsese desde sus primeras cintas de gángster, cree el intérprete que esta cinta refleja una evolución, una mirada diferente.Hay algo que huele a despedida con su compañero más fiel, Robert de Niro. En forma y fondo la historia tiene mucho que ver con sus vidas, con envejecer dentro y fuera de la pantalla, con el mundo y las calles que han recorrido.
El director neoyorkino transita de su estilo más nervioso a un tono más sosegado e introspectivo, más cercano al de su amigo Francis Ford Coppola. Incluso desaparece la música, elemento narrativo clave en su cine. Como si pusiera a reposar a todos los personajes de ‘Malas calles’, ‘Casino’ y ‘Uno de los nuestros’, como si les obligara a confesarse para reflexionar sobre el inexorable paso del tiempo.
Madre (Rodrigo Sorogoyen)
Rodrigo Sorogoyen deja a un lado el thriller y apuesta por un drama psicológico contenido pero no menos contundente. El exitoso corto, ganador del Goya y nominado al Oscar, abre esta cinta que parte de una elipsis de 10 años. Elena, esa madre devastada pero que sigue en pie, se traslada a Francia, a la playa donde desapareció su hijo y allí entabla una relación especial con un adolescente. Es una película de silencios, de miradas perdidas, de más preguntas que respuestas.
Una película muy autoral, muy afrancesada en fondo y forma, con una cámara que envuelve a la protagonista, con el uso del gran angular, con una exploración inteligente de lo emocional y lo íntimo. Marta Nieto deslumbra con una interpretación llena de matices. Una cinta en la que está latente la pérdida, la maternidad, la culpa, pero que busca la luz, el amor y la esperanza.
Le Mans '66 (James Mangold)
Hay pocos artesanos tan versátiles en Hollywood como James Mangold. Con 11 películas en su currículum, el director y guionista ha toqueteado todos los géneros, el western en El tren de las 3:10, el drama criminal en Copland y hasta el biopic musical con En la cuerda floja. Ahora vuelve a un cine clásico, bien ejecutado, con personajes carismáticos en un biopic histórico sobre carreras de coches, Le Mans '66.
Una historia del triunfo y el fracaso, con tono agridulce ambientada en los años sesenta, en la historia del piloto británico Ken Miles y el ex piloto y empresario Carroll Shelbey, que revolucionaron el mundo del motor en aquel año con una carrera de infarto en las 24 horas de Le Mans. Precisamente la cinta acaba con esa épica carrera, rodada con maestría y con intensidad y con el máximo realismo, huyendo de los artificios digitales.
Matt Damon y Christian Bale son los protagonistas, interpretan a estos hombres que desarrollaron un coche revolucionario, capaz de ganar a la flota de Ferrari, la marca italiana que en aquel momento lo era todo. "Ambos eran viejos, tenían 40 años, Miles estaba realmente en el final de su carrera y este fue su última oportunidad. Y la película sigue esta dinámica, esa relación, y todas esas dinámicas dentro de ella, las de dos tipos que eran muy diferentes pero que se tenían un respeto profundo e intentaban hacer lo imposible", explica Damon en entrevistas a medios americanos.
Es una película clásica, que recupera un cine basado en los personajes, el espíritu de aventura y los buenos sentimientos con unas buenas interpretaciones, sobre todo la de Christian Bale, con el acento, su forma de mover el cuerpo y la gran complicidad que tienen los dos actores, que hacen una de las buddy movie de la temporada.
Lejos de centrarse en los líderes, en los pilotos, como mostraba Rush, la cinta con Chris Hermsworth sobre la competencia ente James Hunt y Niki Lauda, Le Mans 66 se centra en los entresijos, en el trabajo en equipo y en cómo enfrentarse a empresarios ególatras como Henry Ford II, el hijísimo de aquel que inventó lo de la cadena de producción. La cinta muestra también la guerra de las marcas, sobre todo de Ford y Ferrari, los italianos con los americanos, la fabricación de automóviles y la incipiente sociedad de consumo que empezaba a resurgir tras la Segunda Guerra Mundial. De hecho, el título americano de la producción ('Ford vs. Ferrari) apuesta por la confrontación ente un símbolo americano y uno europeo que representan dos formas muy distintas de entender la industria del automovilismo.
Liberté (Albert Serra)
Albert Serra ha sido totalmente libre para rodar Liberté. “Sólo tuve la propia autocensura que me impuse por varios motivos. En primer lugar, por la presión, aunque yo tengo menos que la mayoría de la gente. Y luego está la autocensura de lo políticamente correcto”, nos dice en Sevilla, donde ha presentado la película en la Sección Oficial del Festival de cine europeo.
Liberté transcurre durante una noche. Un grupo de libertinos huyen de la corte francesa de Luis XVI porque quieren trasladar a Alemania sus ideas de rechazo a la moralidad convencional. Y durante esa noche se entablan toda clase de intercambios sexuales entre varios personajes. El resultado final sorprendió al propio Albert Serra. “Cuando comienzo un rodaje estoy en el caos total y luego, en el montaje, es cuando pensamos en la lógica interna de la película y en lo que es mejor para ella. A veces lo mejor es lo más provocativo, lo más exagerado y otras veces lo mejor es lo más convencional. Nunca se sabe”, reconoce el director catalán.
En la película, que transcurre casi íntegramente en la oscuridad de la noche, se pueden ver todo tipo de prácticas sexuales, desde “besos negros” a “lluvias doradas”. “No me corté en nada, afirma Albert Serra. Para el autor de títulos como La muerte de Luis XIV el sexo es el último reducto de la libertad humana. “Yo nunca pensé que la desnudez fuera tan reveladora”, dice. “La desnudez implica una penetración directa en la intimidad de uno mismo por la ausencia de control que tienes sobre tu propia imagen. “De hecho, muchos actores profesionales, la gran mayoría, no aceptan hacer escenas de desnudos porque se exponen y se vuelven muy vulnerables. Piensan que con la técnica actoral pueden controlar la imagen que se proyecta y adecuarla al personaje y colaborar así para el bien de la película”.
Si yo fuera rico (Álvaro Fernández-Armero)
Santi tiene una vida de mierda: está en el paro y divorciándose de su mujer, Maite, pero su pesadilla empieza realmente cuando le tocan 25 millones en la lotería y tiene que escondérselo a todo el mundo. Se casó en régimen de gananciales con Maite y según establece la ley tendría que darle la mitad del dinero… a no ser que no se entere.
Protagoniza Álex García quien la define como una comedia que habla “entre otras muchas cosas, como son las relaciones personales, la mentira, las relaciones de pareja y la familia, de qué precio tiene cada uno de nosotros. Todo esto con un sentido del humor y con unas situaciones llevadas al límite que te dan la comedia que sale, pero realmente hay algo que ocurre mucho en la sociedad de hoy en día que es que todo el mundo tiene sus principios hasta que saca otros, hasta que llega un cheque en blanco, como decía Groucho Marx ‘son mis principios, si quiere se los cambio’. ‘Si yo fuera rico’ de manera cómica te saca eso a relucir, como todo el mundo por dinero…”. Es una comedia romántica, gamberra, de enredo… La futura exmujer y los amigos de Santi interpretados por Alexandra Jiménez, Adrián Lastra y Franky Martín llegan a la conclusión de que es “la comedia total”.
Buenos principios (Yvan Attal)
Después de su éxito con ‘Una razón brillante’ Yvan Attal vuelve para ponerse delante y detrás de la cámara. Dirige y protagoniza ‘Buenos principios’ una adaptación de la obra ‘Al oeste de Roma’ del escritor norteamericano John Fante basada en la crisis existencial de un escritor de 50 años que siente que ha perdido la inspiración artística y que no logra establecer una verdadera conexión con su mujer y sus hijos.
Attal hace de Henri, ese escritor amargado, que publicó un best seller y desde entrones, según sus propias palabras, solo ha escrito mierda, está atrapado en la rutina y culpa a su familia de no poder ser feliz, les hace responsables de todos y cada uno de sus problemas: su depresión, su ausencia de libido, su incapacidad de escribir…. Y confiesa alegremente que cambiaría a sus cuatro hijos por un Porsche.
Su rutina se altera cuando una noche de tormenta aparece un perro enorme en su jardín y decide quedarse a vivir con ellos, a pesar de sus intentos por echarle. Ese perro, según cuenta el director, es un reflejo del protagonista y además funciona como detonante: hace que todo lo que no salía a la luz, los problemas de convivencia familiar y de pareja exploten. Ese perro, al que su nuevo dueño bautiza como Estúpido, es el origen de la disputa definitiva en la familia que hará que uno a uno vayan abandonando a Henri, quien no parece tener problemas con la soledad. Finalmente, solo en la casa que compró con el dinero fruto de su único éxito llega su replanteamiento existencial.