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La odisea del voto rogado

Charlamos con David Fergar, un español residente en Noruega al que el voto rogado le cuesta incluso dinero

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Madrid

La Junta Electoral Central ha acordado ampliar dos días el plazo para depositar el voto rogado en los Consulados y oficinas exteriores. Lo podrán hacer hasta la hora de cierre de los colegios electorales en España. Eso sí, para los que no puedan acercarse al Consulado el plazo para remitir el voto por correo certificado acabó el pasado martes 5.

Y es que el voto rogado es un auténtico camino de obstáculos para aquellos que viven en el extranjero y quieren participar en las elecciones. Y eso se traduce en los datos: el pasado abril solo lo solicitaron un 8’4% de los que podían hacerlo, y lo pudieron hacer efectivo tan solo un 5’6%. En estas elecciones, el número de peticiones ha aumentado en casi todos los países.

En La Ventana hemos hablado con uno de los que lo ha solicitado, David Fergar, un periodista que da clases de español en Noruega. Nos ha contado que ya ha podido votar, algo que no pudo hacer en la pasada convocatoria de abril: “me llegó el sobre el mismo día que se cerraba el plazo y lo vi el día siguiente, no me dio tiempo”.

David vive a 40 kilómetros de Oslo y ha tenido que enviar sus votos por correo certificado, lo que le ha costado 20€. Nos dice que ese dinero le tiene que ser reembolsado, pero que las dos veces anteriores que ha hecho el procedimiento no ha recuperado su dinero. Pero él por lo menos ha podido votar, algunos de sus conocidos que viven en el norte de Noruega ni siquiera han recibido los votos a día de hoy.

Está claro votar desde el extranjero no es nada fácil. En este caso, “si ya habías solicitado el voto en abril nos llegaban las papeletas directamente” nos ha contado David. Aunque lo más complicado del proceso no es rogar el voto, que se puede hacer incluso por internet, sino que te llegan las papeletas y continuar con todo el proceso hasta enviarlas por correo o introducirlas en la urna. David se ha preguntado “por qué no se puede votar por internet”, al igual que se puede rogar el voto por este método.

Ha comparado este modelo con el noruego, en el que el voto anticipado se puede introducir hasta 4 semanas antes en los ayuntamientos. En Noruega las elecciones no se celebran un solo día, sino dos para permitir la conciliación. En el caso del voto por correo “puedes utilizar un sobre que tengas tú en tu casa, aunque te recomiendan que sea blanco y que no tenga publicidad”. En cuanto a las papeletas, “las puedes solicitar, imprimirlas o escribir en un papel el nombre del partido al que quieres votar”. Este método sin tantas trabas con las que sí cuenta el español explica que en las dos últimas elecciones generales de Noruega la participación haya rozado en 80%.

Si lo pensamos bien, hasta el propio nombre de voto rogado se podría considerar inadecuado, ya que rogar, según el diccionario de la Real Academia, es pedir algo a alguien como gracia o favor. Y votar no debe ser ningún favor, sino un derecho que debiera estar garantizado para todos los que así lo deseen alrededor del mundo.

 
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