Foreman, el campeón más viejo de la historia

El protagonista de nuestra sección de hoy es un buen recordatorio de que casi siempre estamos a tiempo de remontar. El 30 de octubre de 1974, hace hoy 45 años, George Foreman se debió sentir como uno de los hombres más desgraciados del planeta.

No solo acababa de perder el título mundial de campeón de los pesos pesados ante Muhamad Ali, sino que además había tenido que soportar meses de tortura psicológica por parte de su adversario.

Alí, que había sido despojado del título por haberse negado a ir a luchar a Vietnam, llevaba años esperando la oportunidad de recuperarlo. Pero claro, eso hizo que cuando tuvo la oportunidad, en 1974, contase ya con 32 años, por 25 que tenía entonces Foreman.

Además, George Foreman era un pegador formidable, y todas las casas de apuestas lo veían como un clarísimo favorito antes del combate. Pero Alí supo jugar muy bien sus cartas. Tenía que enfrentarse a Foreman en Kinshasha, en lo que ahora es la República Democrática del Congo y entonces era Zaire.

Alí se dedicó a lanzar puyas contra su rival, poniendo incluso en duda sus credenciales como descendiente de africanos. Su carisma y su simpatía hicieron que se ganara el cariño de los locales, que acuñaron para él el cantico de “Alí, Boma ye”. Si no habláis lingala, os diré que esta frase quiere decir “Alí, mátalo”.

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Aunque Foreman parecía un tipo imperturbable, la campaña de Alí acabó haciendo mella. Además, el aspirante al título adoptó la estrategia de cansar a su rival en los primeros rounds y atacarlo en los últimos. Y funcionó: en el octavo round, Alí tumbó a Foreman y se llevó la victoria.

Esa podría haber sido la última página en la carrera deportiva de Foreman, pero no lo fue.

Habiéndose ya retirado, volvió al ring pasados los 40 años. Y no sólo consiguió ganar combates, sino que se convirtió en leyenda del boxeo: recuperó el cinturón de campeón 20 años después de perderlo, a los 45. El campeón más viejo de la historia.