Bésame, Hardy
El 21 de octubre de 1805, el vicealmirante de la flota inglesa Horatio Nelson murió en la batalla de Trafalgar
El 21 de octubre de 1805 fue uno de los días más cruciales de la historia europea reciente. Y digo reciente porque, en términos históricos, 214 años es anteayer.
Ese día, el Imperio Español, que había establecido una improbable alianza con los revolucionarios franceses, se enfrentó con sus aliados a la flota inglesa, en un combate naval que marcaría el dominio de los mares durante todo el siglo XIX.
La batalla tuvo lugar en Trafalgar, cerca de la costa de Cádiz. Las fuerzas hispanofrancesas tenían más barcos y más hombres, y además jugaban en casa.
Pero los ingleses, que tenían claro que, como isla, necesitaban la supremacía naval para no quedar a merced de los franceses, lucharon con más astucia y derrotaron a sus dos enemigos. Pero el que quiero destacar que tuvo un mal día fue el vicealmirante de la flota inglesa, Horatio Nelson.
Es cierto que llevó a su país a una de sus victorias navales más importantes, pero murió en esa misma batalla. Un poco como marcar el gol de la victoria en el mundial y morir de infarto en la celebración. Para acabar de arreglarlo, las últimas palabras de Nelson fueron “Bésame, Hardy”. Este Hardy era uno de sus oficiales y, según parece, cumplió con su deseo. Una vez besado, se murió.
Un dato que igual lo habría consolado un poco es saber que su cuerpo fue conservado en brandy, un sueño para cualquier británico que se precie.
Por cierto, es por haber ganado esta batalla que encontraremos a Nelson vigilando desde las alturas, en una columna en medio de la plaza de Trafalgar, en Londres.
La corona británica quiso que su nombre quedase para siempre unido al lugar de su mayor -y última- gesta.