Entre el palo y el desierto
José María Izquierdo asegura que "los gamberros, con la bendición del mismísimo president de la Generalitat, dirigen el cotarro" mientras enfrente, ni Sánchez ni los líderes de la oposición son capaces de aportar "ideas para salir del túnel".
Madrid
¡Qué panorama tan desolador tenemos delante los ciudadanos en el segundo día de la era pos-sentencia! Por un lado, las manifestaciones en Cataluña, dirigidas con tácticas de guerrilla por los más violentos de la clase. ¿De verdad que es el pueblo catalán, dicho así, con empaque, el que se pone pañuelos en la cara, capuchas en la cabeza y palos en las manos?
Estábamos acostumbrados a la protesta pacífica, llenando calles y plazas, de ciudadanos que mostraban su deseo de una Cataluña independiente, anhelo tan legítimo como el de quienes se oponen. Los gamberros aprovechaban aquellas demostraciones pacíficas con algunas escaramuzas, pero ahora son ellos, con la bendición del mismísimo president de la Generalitat, quienes dirigen el cotarro.
¿Y en el otro lado? Un desierto. Conocíamos la llegada próxima de la sentencia y cuando se produce, desde el presidente del Gobierno, que debiera ser el primero en demostrar conocimientos, hasta los pimpollos y los menguantes, solo han sido capaces de balbucir unos decepcionantes lugares comunes. ¿Dónde están las ideas para salir del túnel? ¿Dónde los planes? Cero.