Exilio, nostalgia y magia: la joya londinense de Caetano Veloso

Madrid

A finales de los años sesenta Brasil vivió su propia revolución musical y cultural, de allí nació una nueva forma de entender la tradición mezclándola con los sonidos que venían de fuera. Caetano Veloso fue uno de los grandes nombres de aquel movimiento que se topó con la dictadura militar brasileña, con unos tipos que no iban a permitir que nadie se saliese del tiesto. Caetano Veloso tenía los dos pues fuera.

La dictadura militar echó al músico del país. “Estuvimos presos dos meses, luego cuatro meses confinados en los que teníamos que ir cada día a ver a un coronel. No podíamos salir, ni trabajar, ni dar entrevistas o conciertos así que le pedimos al coronel que buscase una solución. Se fue a ver a sus superiores a Río y al Volver nos dijeron que nos fuésemos por Europa. Nos dieron los pasaportes, nos llevaron al aeropuerto, nos sentaron en el avión y cuando estábamos sentados en el asiento un policía federal nos dijo que nos volviésemos nunca”, contaba el músico en una entrevista.

Caetano Veloso se instaló en Londres durante unos años a comienzos de los años 70. Allí, en el exilio, grabó Transa, nuestro disco de esta semana en el Sofá Sonoro, un álbum tan diferente como genial que recorremos en compañía del periodista Arturo Lezcano y con los reportajes de Lucía Taboada y el productor Javier Limón.

Caetano Veloso regresó a Brasil poco después de la grabación de Transa, su etapa en Londres dejó dos buenos discos y una gran influencia en su obra posterior. Transa es un disco mágico en muchos aspectos, un álbum que capta un momento clave en la obra de uno de los grandes creadores musicales del siglo XX y que es el disco favorito de Caetano, por algo será.