¿Monjes francamente insumisos?

Madrid

El Tribunal Supremo sigue desbrozando el camino legal que conducirá a la exhumación de Franco. Hoy ha aclarado a la familia del dictador que el prior del Valle de los Caídos no puede impedir el desentierro. Pero el prior se revuelve y ha enviado una carta al Gobierno en la que afirma que no autoriza el acceso a la Basílica y advierte de que si el gobierno decidiera entrar sin ese permiso vulneraría la libertad religiosa. El portavoz de la abadía, Joaquín Montull, ni siquiera ha guardado las formas epistolares del prior y en Hora 14 ha dicho que la exhumación “está en el aire” y ha deslegitimado la decisión del Tribunal Supremo por estar fundamentada en “principios propios de una república bananera”.

Estos monjes insumisos olvidan que, aunque su reino no sea de este mundo, el reino en el que habitan sus cuerpos mortales sí. Y en ese reino, el Congreso de los Diputados, en dos ocasiones, ha pedido la exhumación, el gobierno legítimo la ha puesto en marcha y el Tribunal Supremo la ha avalado. Y esos son los poderes que representan a los 47 millones de españoles, que son muchos más que esos miles a los que se refería el monje “que quieren que las cosas estén como quiso Franco en un principio”. Si el monje quiere cambiar el marco legal, que se presente a unas elecciones como hizo sin éxito su prior en los años 90 bajo las siglas de Falange. Y si no, que respete el evangelio y respete al César en lo que es del César.