Tener memoria
Y llegaron las cargas, ciudadanos por los suelos y agentes vestidos de robocop soltando la porra a diestro y siniestro
Madrid
Ha tomado tal deriva la política catalana desde aquel 1 de octubre de 2017, que a todos nos ha hecho perder la memoria fidedigna de lo que pasó aquella jornada. La actuación posterior de Puigdemont, Torra y tutti quanti es de tal gravedad que está a punto de borrar de nuestras consciencias el enorme error, la gigantesca pifia, el tremendo disparate que llevó a cabo aquel día la policía nacional, dirigida por unos políticos calamitosos a los que debemos buena parte del desastre actual.
No supieron frenar aquel tsunami, y el gobierno de Rajoy todavía presumía en la noche del 30 de setiembre de que el referendo del día siguiente nunca se iba a celebrar. Y vaya si se celebró, con urnas y papeletas que supieron birlar a los ojos de aquellos ineptos espías del innombrable Fernández Díaz.
Y llegaron las cargas, ciudadanos por los suelos y agentes vestidos de robocop soltando la porra a diestro y siniestro. Un horror. Vemos los actos inclasificables de la Generalitat, pero no olvidamos aquella vergüenza. Locos unos, pero ineptos todos.